Era un día nublado y caían unas gotas cada tanto. El clima inestable era un buen presagio según el arandu ka’aty de las abuelas, pues ellas siempre decían que la lluvia es bonanza. Aquella tarde del 10 de julio del 2015 todos estaban expectantes de la llegada del avión Alitalia, proveniente de Bolivia.
La nave pisó suelo paraguayo alrededor de las 15:00 y el país explotó en emoción, pues se trataba de una visita histórica, la llegada por segunda vez de un importante líder religioso, el vicario de Cristo, en esa ocasión el papa latinoamericano, el papa que ama al Paraguay: Francisco.
La presencia de este pontífice era muy especial, no solo porque se trata del primer papa latinoamericano, sino porque Francisco siempre mostró un especial afecto por el Paraguay. El vuelo de Alitalia –aerolínea que renta el Vaticano para las giras pontificias– partió de Italia el 5 de julio a las 9:00 y llegó a suelo sudamericano a las 15:00, siendo su primera parada Ecuador. Se trataba de una visita histórica ya que era la primera encarada por el papa latinoamericano a suelo sudamericano. Para este periplo eligió Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Hoy se cumplen seis años de esa histórica visita. Para el arribo de Francisco, religiosos, miembros de la fuerza pública y la sociedad civil se unieron en una sola voz para dar la bienvenida al primer sumo pontífice argentino y latinoamericano que cautivó a todo el mundo por su infinito amor y valoración hacia la mujer paraguaya y, en especial, a la Virgen de Caacupé.
Francisco fue el segundo sumo pontífice que llegó al Paraguay. El primero fue Juan Pablo II, quien visitó el país en 1988. La gira pastoral de Francisco por Paraguay fue del 10 al 12 de julio del 2015, dejando una serie de anécdotas en su paso por la querida tierra guaraní.
Además del clima inestable, hacía frío. Pero eso no desalentó a la gente que esperaba ansiosa, ver y porqué no tocar al vicario de Cristo. Miles de fieles católicos e incluso personas de otras religiones aguardaban por ver a Mario Bergoglio, el papa Francisco.
La emoción era mucha, había una multitud coreando cantos religiosos, de alegría con banderines blancos y almas con camisetas de la Albirroja saltando como si alentaran a la selección paraguaya en un partido importante. Era ese el ambiente que se vivió desde muy temprano en el mismo aeropuerto Silvio Pettirossi e inmediaciones, incluso se hicieron filas y filas humanas por donde se esperaba que transitaría el papa móvil.
Para el Grupo Nación fue una cobertura periodística de alta envergadura, tal es así que la periodista Carolina Vanni fue enviada especial para cubrir todos los pormenores de la gira sudamericana del papa Francisco. Viajó a Roma y desde el Vaticano acompañó a Bergoglio junto a otros 76 periodistas de todo el mundo en lo que sería una visita histórica para nuestro país.
Si bien el papa visitaba por segunda vez Latinoamérica porque había venido para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Brasil, esa no era una gira propiamente dicha.
Durante su visita, la gente salió efusivamente a las calles y las copó con globos blancos y amarillos, colores que caracterizan a la iglesia católica. Pese al mal tiempo y el frío, miles de personas no desperdiciaron ninguna ocasión para ver al papa, sacar fotos y emocionarse con su bendición.
La agenda papal incluyó visitas al Bañado Norte, donde se reunió con los más humildes; además, estuvo en el León Coundou en un encuentro con la sociedad civil, en la Catedral para una misa con los religiosos, en el Hospital Acosta Ñu para acompañar a los enfermos, en la Fundación San Rafael para compartir con los más necesitados, en Ñu Guasu para celebrar una misa multitudinaria, en la Costanera con los jóvenes. Así también, llegó hasta la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé para ese encuentro cercano con la Virgen, a quien él tanto ama y admira.
Sin dudas, la presencia de Francisco en Paraguay marcó un antes y un después, pues alentó a los jóvenes a armar lío, pero a organizarlo bien. Un tiempo después los universitarios y estudiantes secundarios “armaron lío”.