Los Obispos del Paraguay en la 230ª Asamblea General Ordinaria de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) se reunieron entre el 5 y 9 de julio, periodo en el que compartieron una reflexión sobre diferentes aspectos de la realidad eclesial, además de analizar diversos puntos de la realidad nacional, tanto de manera virtual como presencial.

Los religiosos aclararon que se trata del primer paso de preparación para la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, a llevarse a cabo en México, en el mes de noviembre de este año. Así también, el nuncio apostólico Eliseo Antonio Ariotti, representante del Papa Francisco en Paraguay, anunció la venida al país del cardenal Cristóbal López. Lo hizo luego de finalizar la asamblea este viernes, cerca del mediodía.

Sobre la pandemia del COVID-19, los prelados hacieron un llamado a seguir con las medidas de prevención y en el acompañamiento de los enfermos, sus familias y el personal de salud. Solicitaron mayor compromiso con las medidas de prevención y valoraron el esfuerzo de la ciencia al tiempo de pedir a la población vacunarse contra el coronavirus. “Las vacunas salvan vidas”, aseguraron.

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En ese sentido, los Obispos del Paraguay piden que la administración pública brinde los recursos requeridos en tanto continúe la emergencia sanitaria y que también se consolide el compromiso con la salud del pueblo. Al mismo tiempo agradecen a médicos, enfermeros, auxiliares y el personal de la administración de los centros de salud.

“Lamentamos las situaciones de tensión y de violencia que deben sufrir, además de la presión emocional y la sobre exigencia profesional. Hacemos memoria de todos los fallecidos, de tantos seres queridos que hemos perdido a causa de esta patología, y los encomendamos en la oración pidiendo para sus familiares y amigos el consuelo”, señalaron.

Por otra parte, expresaron que la carta pastoral “Itaipú, una oportunidad de diálogo y concertación social para el bien común”, es fruto del trabajo de laicos especialistas en la materia, y en este sentido, insistieron en la necesidad de diálogo entre todos los paraguayos, para buscar el bien del pueblo.

Igualmente, pidieron a los diferentes sectores que se promuevan iniciativas y acciones concretas de diálogo entre los protagonistas de la vida nacional, de manera que brinden soluciones a los desafíos y a las necesidades de los más afectados por la inequidad y la pobreza.

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Los prelados indicaron que las nuevas tecnologías y las plataformas de comunicación son de gran ayuda en el ámbito educativo, porque brindan una herramienta de gran utilidad, pero enfatizaron que no sustituyen el contacto y el acompañamiento personal requeridos en el proceso educativo.

Consideraron que ahora se evidencian las desiguales condiciones de acceso a los medios telemáticos entre la población paraguaya debido a las carencias en recursos, las diferencias en la administración y en la gestión de los diversos sectores comprometidos con la educación.

Mencionaron que la CEP desarrolló un documento en forma experimental denominado “Lineamientos pedagógicos, didácticos, teológico-doctrinales y científicos para la educación de la sexualidad y la afectividad para la escuela católica del Paraguay”, que propone orientaciones y principios sobre la naturaleza humana de la formación personal acordes con la antropología cristiana.

“Vamos a ponerlo (a disposición) de los padres de familia que son los que tienen la patria potestad de educar a los niños. Es un complemento que se va a proponer en los colegios católicos. En forma sistemática se va a publicar en los medios de comunicación. Primero se va a hacer llegar el documento a los padres de familia y educadores. Si se aprueba se va a aplicar en los colegios católicos”, afirmó el vocero de los religiosos.

Así también lamentaron la inseguridad, la violencia, el secuestro y atropellos a indígenas que ponen en zozobra a toda la comunidad y enlutan a algunas familias, y que nos impulsan a reafirmar el llamado a extirpar otro mal endémico que viene apeligrando nuestra convivencia social. Por último, exhortaron a los responsables de la seguridad a garantizar el respeto a los bienes y la vida de toda la población.

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