El virus del SARS-CoV2 se ha posicionado en las últimas semanas como la principal causa de muerte entre mujeres en periodo de embarazo, parto y puerperio, al tiempo que ha generado un aumento considerable del total de fallecimientos de este sector de la población.
Es por eso que desde el Ministerio de Salud sostienen que en el contexto epidemiológico actual el embarazo constituye un factor de riesgo que hace vulnerable y prioritaria a esta población. Se observa un aumento exponencial del número de muertes maternas causadas por COVID-19, ocurridas en su mayoría en los meses de abril y mayo del 2021, con lo que rebasó a otras causas como la eclampsia, hemorragia y sepsis, que históricamente han ocupado el primer sitio de defunción en este grupo poblacional.
Manifestaron que para finales de mayo se han registrado 76 muertes maternas, 45 de ellas confirmadas con COVID-19, representando el 60% del total. El grupo etario oscila entre los 18 y 46 años de edad y se destaca que 8 MM corresponden a mujeres de población indígena.
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Indicaron que las complicaciones de un contagio de coronavirus, sumado a que el sistema inmune de las mujeres embarazadas se encuentra disminuido durante el proceso de gestación, conllevan a un mayor riesgo de enfermedad grave, ingresar a terapia intensiva y requerir oxigenación suplementaria, incluso ventilación mecánica.
En estos casos confirmados de MM con el virus pandémico, se han presentado también resultados perinatales adversos, entre los que se citan la muerte fetal (intrauterina) y la muerte neonatal por prematurez.
Según el Grupo de Trabajo Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna (GTR) que es un mecanismo interagencial formado por agencias técnicas de las Naciones Unidas habla de un estancamiento de la Razón de Mortalidad Materna y un retroceso de aproximadamente 10 a 20 años por la emergencia COVID-19 en los países de la región.
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Teniendo en cuenta esto, instan a extremar los cuidados en las familias y en la comunidad donde hayan embarazadas o mujeres en periodo de lactancia. La recomendación de la cartera sanitaria sigue siendo para ellas como para el resto de la población uso constante del tapabocas (dentro y fuera del hogar), lavado frecuente de manos, distanciamiento físico y restringir todo tipo de reuniones sociales y familiares como fiesta para la revelación del sexo, baby showers y otras.