Se trata de la iniciativa de un grupo de amigos que se unió para ayudar al papá de una excompañera de colegio, quien está con COVID-19, y prepararon un guiso de arroz solidario. Al respecto, Adrián Waysburt habló de la experiencia y dijo que es un momento difícil para muchas personas, no solamente en la parte económica, sino también en la emocional.

“El papá de una excompañera de colegio está con COVID, internado en terapia en un sanatorio privado y el grupo de compañeros se unió para ver cómo podíamos ayudarle. Si bien ellos no pidieron ayuda, en este momento cualquier ayuda es bienvenida porque no solamente hay que pagar lo del COVID, sino que hay que seguir viviendo, las cuentas hay que pagar. Nos pusimos de acuerdo y organizamos un almuerzo”, empezó contando a La Nación.

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Comentó que él ya había hecho algo parecido con amigos en noviembre del año pasado para ayudar a una niña que tenía que operarse y el concepto fue que la gente que compre la adhesión no retire y vuelva a donar su plato de comida. Se pusieron en contacto con hogares para llevarles el almuerzo el domingo al mediodía.

Refirió que si bien el costo del plato era simbólico, ya que fue de 30.000 guaraníes por cada adhesión y era porción doble, en realidad fueron más de 300 platos. “Se les dio de comer a 2 hogares en el Bañado y a 3 hogares de reposo de ancianos”, agregó.

Adrián mencionó que se dividieron en 4 líneas de trabajo: la económica, de contactos, ventas y gastronómica. Explicó que la parte administrativa financiera se encargó de ver lo que se iba a necesitar y pedir donación de los productos que se iban a necesitar para la elaboración del guiso de arroz. “Todo lo que se consiguió también fue donación. Lo que logramos fue una doble ayuda, el dinero en efectivo se le va a entregar a la compañera y el almuerzo se entregó ayer a niños y adultos mayores”, aclaró.

“Fue muy linda la experiencia porque nos volvimos a juntar después de 20 años muchísimos compañeros con quienes no nos veíamos y la situación fue cocinar juntos y el equipo de delivery llevó y compartió el almuerzo con los chicos del bañado y con los abuelitos. Fue una jornada muy cargada con muchas emociones”, sostuvo.

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Para Adrián, tuvieron un éxito total, tanto en el lado financiero porque pudieron cubrir la meta que se propusieron que si bien no fue mucho, pero lo organizaron en 5 días. “Por otro lado, la satisfacción de poder dar un pequeño granito de arena y sacarle una sonrisa a la gente que en este momento está pasando un momento sumamente difícil”, aseguró.

El entrevistado manifestó que la experiencia de lo que se vivió en el momento de la entrega del almuerzo y también compartir fue maravillosa. “Estamos para seguir colaborando. La gente la está pasando mal, no solamente en la parte económica o alimenticia, sino en la parte emocional, la gente está muy golpeada”, expresó.