La doctora infectóloga Elena Candia, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Infectología, afirmó que los dos casos de “hongo negro” detectados en pacientes con COVID-19 no son los únicos en Paraguay, y que dicha micosis ya existía muchos años antes de la llegada de la pandemia.
Ayer se confirmó la existencia de dos casos de “hongo negro” en pacientes que habían contraído el COVID-19. El hecho instaló un temor en la ciudadanía, ya que la infección fue relacionada con una posible reacción en el cuerpo humano a raíz del coronavirus.
En ese sentido, la especialista indicó con seguridad en una entrevista con La Nación que el “hongo negro” no es una micosis nueva, y que la misma se manifiesta sobre todo en pacientes con diabetes con un mal control metabólico.
“El hongo negro se presenta en forma de moho y se encuentra en el suelo o en el medio ambiente. La forma de adquirir esta enfermedad es inhalando las esporas micóticas. Es como un moho y tiene unas pelusas, esas pelusas se desprenden en el medio ambiente y al inhalar se alojan en la mucosa, principalmente en la nariz, es decir, en los senos paranasales”, explicó.
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¿En qué pacientes se manifiesta?
Las personas diabéticas son las que normalmente contraen esta infección. También se detectaron casos de contagios en pacientes con trastornos inmunológicos, como por ejemplo, pacientes con leucemia, con trasplante, con VIH (Sida), etcétera.
En los paciente con diabetes, la micosis denominada “hongo negro” se localiza normalmente en la cara, mientras que en los pacientes con otros trastornos inmunológicos, la localización puede darse en otra parte del cuerpo, indicó.
“Este hongo puede afectar a los pulmones, puede ocasionar lesiones en la piel, generando, por ejemplo, una úlcera o una herida que tiene ese mismo aspecto micótico”, advirtió la especialista. Aclaró, además, que la infección de “hongo negro” no se puede transmitir de persona a persona.
El tratamiento para esta enfermedad puede ser quirúrgico (cirugía) o mediante medicaciones específicas con medicamentos antifúngicos.
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Mortalidad e incidencia
Según la Sociedad Paraguaya de Infectología, la mortalidad de esta enfermedad es del 30%, no obstante, cuando la afectación de la infección es intracraneal (llega a la parte del cráneo y afecta al cerebro), la mortalidad aumenta a 90%.
En los últimos 20 años se confirmaron 101 casos de “hongo negro” a nivel mundial, de los cuales, el 81% se dio en la India, un país con muchos pacientes diabéticos. El 19% fue registrado en el resto del mundo. Sobre este punto, Candia señaló que en Paraguay fueron registrados formalmente entre cuatro y cinco casos, pero insistió en que habrían muchos casos más.
Se maneja que en América Latina se da entre 1.2 y 1.7 casos por cada millón de habitantes.
La doctora sostuvo que la aparición de estos dos casos de “hongo negro” en pacientes diabéticos con COVID-19 es una oportunidad para hacer un llamado a todas las personas con diabetes, a no abandonar sus tratamientos.
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