Desde el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) informaron que unas 19.000 burbujas del sector educativo migraron de la modalidad presencial a la virtualidad debido a la situación epidemiológica del COVID-19. Indican también que el protocolo sanitario para la modalidad presencial surtió efectos y que los contagios del virus en las instalaciones educativas mantienen bajos índices.
La viceministra de Educación Básica, Alcira Sosa, manifestó este jueves que actualmente solo el 24% de los alumnos matriculados se mantiene en las clases presenciales, muy lejana a la cifra de 48% con la que se había iniciado el año.
“Con las alertas sanitarias en varios distritos y el cambio de decisión de padres fue variando la situación”, explicó.
Lo que la cartera educativa analiza es la posibilidad de extender las vacaciones de invierno en el mes de julio, teniendo en cuenta el contexto de pandemia y la epidemia de la influenza, en atención a la proximidad de temperaturas frías durante ese mes.
“Esto es para los estudiantes que todavía están en la modalidad presencial realizando actividades. Sabemos que van a llegar días fríos. Por eso, estamos en constante diálogo con las asociaciones de padres, centros de estudiantes y sindicatos docentes”, expresó.
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Migración
Sobre las 19.000 burbujas educativas que migraron a la virtualidad, Sosa mencionó que se debe primeramente a que la escuela de cada burbuja se encuentra en un distrito en alerta sanitaria. En el caso de migraciones a la modalidad a distancia por activación del protocolo por posible casos de COVID-19, la funcionaria mencionó que no llegan a 600 las burbujas las que estuvieron en estos casos.
“El protocolo se activa con la sospecha. Algún estudiante o docente que tenga fiebre o algún otro síntoma, se activa el protocolo y pasan a la modalidad a distancia. O si alguien tuvo contacto con algún positivo, también se activa. Ha funcionado bien hasta ahora. La mayoría de esas burbujas que activaron protocolo ya volvieron a la presencialidad”, afirmó.
Por último, mencionó en que en el sector educativo privado y subvencionado son 150.000 alumnos que se mantienen en la presencialidad, mientras que estudiantes presenciales del sector público ascienden a 200.000.