Según investigaciones, la enfermedad por coronavirus causada por el síndrome respiratorio agudo severo SARS-CoV-2 se ha asociado con una amplia gama de infecciones oportunistas bacterianas y fúngicas. Se ha informado que tanto la aspergilosis como la cándida (o candidiasis) son los principales patógenos fúngicos de la coinfección en personas con COVID-19.
Teniendo en cuenta que recientemente se ha informado de un aumento de casos de mucormicosis rinoorbitaria en personas con COVID-19, se ha realizado una revisión sistemática de casos notificados en el mundo y la Sociedad Paraguaya de Infectología (SPI), informó al respecto.
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En general, se han informado 101 casos de mucormicosis en personas con COVID-19, de los cuales 82 casos fueron de la India y 19 del resto del mundo. La mortalidad global es de 30% y la afectación intracraneal aumenta a 90% la mortalidad.
Con relación al momento del diagnóstico, 59% indica con COVID-19 activo, 59% y 41% COVID-19 recuperado. En cuanto al sitio de la afectación, 89% refieren nariz-senos paranasales, 56,7% nariz-órbita y 22% nariz-órbita-senos. Refieren además que 76% de los pacientes recibieron corticoides, 80% tenían diabetes mellitus.
Extremadamente rara
Destacaron que el factor de riesgo más importante para contraer es la hiperglicemia. Así también, la hipoxemia, acidosis metabólica, hierro libre, disminución de la fagocitosis de los leucocitos por el SARS-CoV-2, interacción prolongada con o sin Asistencia Respiratoria Mecánica (ARM), son factores de riesgo para mucormicosis.
Aunque es extremadamente rara en individuos sanos, varias afecciones inmunocomprometidas la predisponen. Esto incluye diabetes mellitus no controlada, neoplasias, trasplante de órganos, terapia immunosupresora, VIH entre otros.
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Explicaron que la mucormicosis puede involucrar nariz, senos nasales, órbita, sistema nervioso central, pulmón, tracto gastrointestinal, piel, huesos de la mandíbula, articulaciones, corazón, riñón y mediastino pero la rino-orbito-cerebral es la variedad más común observada.
Aseguran que se deben hacer todos los esfuerzos para mantener una glicemia óptima y el uso juicioso de corticosteroides basado en la evidencia en pacientes con COVID-19 para reducir la carga de mucormicosis.