Hoy es una fecha muy especial para los profesionales del área de psicología del Paraguay, pues se conmemora el Día Nacional del Psicólogo; especialidad con la que buscan fomentar el cuidado de la salud mental.

La fecha para la conmemoración fue establecida un 22 de mayo, cuando la primera promoción de psicólogos del Paraguay, conformada por 13 profesionales, se reunió con la intención de formar la Sociedad Paraguaya de Psicología.

“Para nosotros este al igual que años anteriores representa algo sumamente especial e importante, ya que a través de la celebración fomentamos la importancia de la salud mental en Paraguay. No solo debemos cuidar la salud física, también debemos cuidar la salud mental”, dijo en entrevista con La Nación, la psicóloga María Cristina Rotela.

Recordó la frase que utilizan y que llena de satisfacción a los profesionales del campo: “No ganaré mucho dinero siendo psicólogo o psicóloga, pero ¡qué bonito se siente contribuir a que las personas encuentren paz y bienestar en sus vidas!”, expresó.

Destacó que una consulta psicológica se puede hacer en cualquier momento y que no es necesario esperar a sentirse mal para acudir a un profesional. “Es como cuando uno va al doctor a hacerse un chequeo de rutina, sería lo mismo. Uno puede ir a hacerse una evaluación psicológica antes de sentirse mal”, expresó.

Argumentó que los psicólogos pueden ayudar con diferentes terapias y que son métodos que mejoran mucho a sus pacientes. Estas pueden ser la psicoterapia, la terapia cognitivo conductual, entre otras. “Hay que recalcar que toda ayuda requiere también de la voluntad de los pacientes y el compromiso de los mismos”, señaló.

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Rotela afirmó además que desde hace un año se observó un repunte con las consultas, especialmente desde el inicio de la pandemia, teniendo en cuenta que la consulta con un psicólogo aún se maneja como un tabú a nivel país. “Aumentaron las consultas, la mayoría de la gente se vio afectada por el encierro y la enfermedad del COVID-19”, expresó.

Aseguró que cualquiera puede sufrir de un problema de ansiedad o depresión sin importar la edad o clase social y la consulta temprana puede ayudar en gran medida. “Gran parte de las personas se dieron cuenta que la salud mental es importante y es algo que afecta a cualquiera, no importa la edad, el sexo o el estatus social. Cualquier persona puede sufrir de ansiedad, estrés o depresión”, refirió.

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La profesional afirmó que se dieron muchos casos en los que el paciente ya sufría de depresión o ansiedad y con la pandemia se agudizaron sus síntomas, pero por fortuna muchos lograron controlar con las consultas a tiempo.

“Yo particularmente creo que no siempre se está preparado para lo que pueda venir, pero tenemos la habilidad de reivindicarnos; por ejemplo, nosotros los psicólogos o psicólogas empezamos a utilizar la virtualidad como medio de consultas o terapias, que se dan de manera online. Para buscar la manera de saber enfrentar esta situación y poder seguir con esta hermosa profesión”, ratificó.

Les fortalece saber que están aportando algo a la vida de ese paciente o esa paciente. “El saber que ellos están luchando para superar sus miedos u obstáculos y que nosotros formamos parte de su lucha. Esa sería la fortaleza de la profesión”, dijo.

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Una situación real es que aún existe el tabú de que “solo los locos van al psicólogo”, pero la brecha es cada vez más corta para erradicar esto, según la opinión de la entrevistada.

“Hay personas que creen que ir al psicólogo es ‘pérdida de tiempo y dinero’ o peor ‘la aceptación de la locura’ en realidad que en estos últimos meses veo casos de pacientes que llegan al consultorio diciendo lo equivocados que estaban con respecto a eso”, sentenció.

Incluso, varios de sus pacientes cuando se dieron cuenta de que la psicología no tiene nada que ver con la locura, instaron a otros a recurrir a un especialista del área. “No tiene nada que ver la locura con la consulta o tratamiento psicológico”, ratificó.

La carrera de psicología surgió en las universidades durante la década de los 60; en el año 1963 se estableció la carrera en la Universidad Católica (UCA) y en 1967 en la Universidad Nacional de Asunción (UNA).