En el distrito de Sapucái, departamento de Paraguarí, a 115 kilómetros de Asunción, funciona el Leprocomio Santa Isabel, al cual se ingresa desde la ruta que une Paraguarí con Villarrica.
El centro es manejado por religiosas, pero depende del apoyo y gestión del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS). El exministro de Salud, Carlos Morínigo, relató que el fin de semana pasado asistió al centro de atención e internación de pacientes con lepra, ocasión en que colaboró con otro grupo de personas con una gran cantidad de víveres y abrigos.
A través de su cuenta de Facebook, el doctor se refirió a la histórica estigmatización que tiene esta enfermedad sobre los que la padecen, especialmente en la edad antigua, cuando personas con lepra eran apedreadas y temidas. Era calificada como la enfermedad del “pecado”, explicó.
Durante su residencia médica en el Ineram, el médico recordó que le tocó atender a una paciente con lepra y tuberculosis, a quien trató y luego proveyó de su pasaje, ya que estaba abandonada a su suerte, a fin de retornar al Leprocomio Santa Isabel, el único hogar que le quedaba.
En los años posteriores, siendo director de Hospitales Especializados del Ministerio de Salud Pública, visitó por primera vez al Leprocomio Santa Isabel.
“Encontré un lugar hermoso, con una paz en medio de la nada. Olvidado por muchos y con muchas necesidades, pero a cargo de religiosas que viven de la vocación de servir al prójimo. Un paraje con cientos de historias desde su fundación, la edificación antigua del leprocomio, sus capillas y los pabellones de internación de pacientes, rodeados pero separados a la vez por un cerco de chozas de madera y paja pertenecientes a los antiguos pacientes leprosos, que tuvieron que terminar sus días en ese paraje por la estigmatización de sus enfermedad”, comentó Morínigo.
Leer también: Hospitales de Itapúa están desbordados por aumento de casos del COVID-19
Morínigo prometió que algún día regresaría y finalmente el último feriado largo se concretó. Logró reunir una gran cantidad de víveres y abrigos para llevarlos en varios vehículos hasta el leprocomio.
“Me comuniqué con la hermana superiora Juana Cueto, que es la directora encargada con otras dos hermanas, Obdulia Mendoza y Lilian Baccino, hijas de la Caridad Vicente Paul, más conocidas como Vicentinas. Estas maravillosas personas son las que hacen sobrevivir ese lugar y están a cargo de todos los pacientes con ayuda de personal mínimo suministrado por el Ministerio de Salud. Les dije que iba a visitarlas”, agregó.
Morínigo encontró no solo necesidad de alimentos en el lugar, sino también de personal médico. Están precisando enfermeras, ya que tienen 47 pacientes internados. En la ocasión, tras una videollamada con el ministro de Salud, Julio Borba, confirmó que firmó el documento para la contratación del personal destinado a ese nosocomio. Así que, su visita, fue más que bienvenida por los pacientes y las hermanas que mantienen el leprocomio.
Leer más: Más de 170 pacientes en lista de espera para ingresar a terapia intensiva por COVID-19