Esta mañana, bajo un cielo apañado por las nubes grises en la explanada del Palacio de Gobierno y en medio de un solemne acto, las autoridades nacionales participaron del izamiento de la bandera del Paraguay. De esta forma arranca la conmemoración por los 210 años de Independencia Nacional.
El izamiento de la bandera tricolor de nuestro querido y sufrido Paraguay se elevó al son del Himno Nacional, que al momento crítico por el que está pasando el país en medio de la pandemia del COVID-19, nos llena de orgullo y esperanza de lograr un país mejor.
Durante el acto estuvieron presentes las máximas autoridades de la nación como el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien fue acompañado de la primera dama, Silvana Abdo, y todo su gabinete para participar del solemne acto de elevación de la bandera paraguaya, la que finalmente comenzó a flamear con sus imponentes colores rojo que representa la justicia, el blanco la paz y el azul la libertad tras este emotivo acto.
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Decisiones meditadas llevaron a la Independencia
Según la historiadora e investigadora Ana Barreto, la Independencia del Paraguay es el resultado de la adopción de decisiones estratégicas en momentos de elevada incerteza. Decisiones que fueron meditadas al calor de las balas inglesas en las invasiones al Río de la Plata entre 1806 y 1807.
“O en medio del olor a pólvora del ejército que la Junta argentina envió a ‘liberar’ al Paraguay, comandado por Manuel Belgrano y que fue abatido por los paraguayos en Paraguarí y Tacuary. Decisiones adoptadas entre las presiones provenientes de Río de Janeiro y Buenos Aires; o de Río Grande do Sul y Montevideo. Con espadas de Damocles en su propia integridad física, como Corrientes o Misiones. Decisiones basadas en Suárez, Vitoria y Rousseau al mismo tiempo, y en la medida en que el ir y venir de rumores lo permitía”, dijo en su momento a La Nación.
Destacó la historiografía tradicional en el Paraguay, en un lapso de más de cien años se ha tomado realmente el tiempo en definir, cimentar y hasta redelinear a sus héroes que son los civiles y militares con unos valores o con unas y otras características. “Este empeño, sin embargo, no se ha puesto sobre las mujeres del pasado. Para ser heroínas o heroicas, las mujeres parecen siempre cumplir con un arquetipo: madres abnegadas y patriotas o hijas comprometidas con la patria eran las que preparaban los ramos y guirnaldas de flores para el saludo de la victoria, o las que imaginaban o armaban las banderas desde una “patriótica inspiración”, aseguró.
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Mujeres dentro de la Independencia
Agregó que la manera que ha tenido el Paraguay de narrar a sus mujeres ha estado marcada siempre por ser continuadora de los roles de abnegación, lealtad, defensa de la patria y la familia, y una casi nula intervención en cuestiones políticas. “Es perfectamente explicable cuando conocemos el modo en que las mujeres eran educadas, el alcance de sus derechos, su absoluta vinculación a los deberes del ámbito doméstico y la prácticamente imposible educación más allá de las primeras letras”.
Destacó que la historia oficial en menor medida ha prestado atención al desempeño público de las hermanas Facunda, Micaela y Carmencita Speratti, pero que la poca mirada ha sido puesta únicamente por la vinculación del matrimonio, de una de ellas con Fulgencio Yegros y de la otra con Pedro Pablo Martínez-Sáenz.
“Ampliando este perfil podríamos incluir a Petrona Regalada Rodríguez de Francia, mujer instruida y maestra, quien gustaba de las ciencias exactas y compartía con el esposo una biblioteca de clásicos de la literatura. Petrona, al igual que las Speratti, es más bien recordada por el título de hermana del Dr. Francia antes que por su aporte a la enseñanza de primeras letras en la Asunción de la primera República”, concluyó.
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