Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tienen menor riesgo de contraer el COVID-19, de acuerdo a las estadísticas que se manejan a nivel mundial, refiere el doctor Sergio Cárdenas, especialista de la Cátedra y Servicio de Neumología del Hospital de Clínicas de la FCM-UNA.

“Se calcula que nada más el 7% de los pacientes contraen el COVID-19. Sin embargo, aquellos que sí se contagian tienen peor pronóstico. La tasa de mortalidad es de alrededor de 38% de los pacientes con EPOC y solamente 19%, si no tienen dicha enfermedad”, indicó.

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Cabe recordar que también la EPOC tiene grados de severidad, por lo que, lógicamente, cuanto mayor es el grado de seriedad al contraer el virus, será también de mayor gravedad el diagnóstico. “Es peor el pronóstico cuando ya hay un daño previo”, mencionó. Cárdenas dijo que en el caso de los pacientes con EPOC que hayan contraído la enfermedad, el tratamiento es el mismo que para cualquier paciente, pero con la base de tratamiento propia de la enfermedad.

“Me refiero a los aerosoles que usa ese paciente normalmente en su tratamiento, sea para sus cuadros de crisis como también los de mantenimiento. Y deben utilizarlos no solo durante el COVID, sino también previamente, porque toda vez que un paciente esté compensado, si contrae el virus, las posibilidades de peor pronóstico disminuyen”, destacó. De manera general, el neumólogo aseguró que cuanto mejor el organismo se encuentra al momento de adquirir el virus, mejoran los pronósticos.

Dr. Sergio Cárdenas, especialista de la Cátedra y Servicio de Neumología del Hospital de Clínicas de la FCM-UNA. Foto: Gentileza.

Acerca de las secuelas

Con relación al tratamiento para las secuelas, el especialista señaló que toda vez que el paciente esté en la etapa inflamatoria se utilizan corticoides. “Se vio que ayudan bastante los corticoides, dependiendo del momento en que se encuentre el paciente, puesto que en la etapa de fibrosis los corticoides ya no funcionan”, expuso.

Remarcó que como todo periodo de convalecencia de un virus, el cansancio, la fatiga, la astenia es normal. “Si ese cansancio no va acompañado de una disminución de la oxigenación que se puede ver a través del saturómetro, en general en los casos leves y moderados, se recuperan con el tiempo, no queda ninguna secuela”, agregó.

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Oxímetro o saturómetro es el aparato médico de uso domiciliario que permite monitorear la saturación de oxígeno de la sangre. Foto: Gentileza.

Pero sostuvo que en el caso de pacientes que además de esa astenia se agrega dificultad para respirar, la disnea o juku’a, en ese caso si va acompañado de disminución de la oxigenación, en mucho de los caos se requiere de oxígeno domiciliario.

Resaltó que en otros casos ayuda la fisioterapia respiratoria ya que el pulmón es un órgano que trata de regenerar el daño que causó ese virus y en muchos casos se recupera casi en su totalidad. “Como ya había mencionado, el caso de las fibrosis son las que se presentan de manera irreversible”, enfatizó.

Daños pulmonares pos-COVID-19

En cuanto a los daños pulmonares que quedan pos-COVID-19, el especialista manifestó que están relacionados directamente con la severidad de la neumonía. “Cuanto más severa fue la neumonía por COVID-19, mayor será el efecto que tendrá sobre el pulmón. Por ejemplo, aquellos pacientes que tuvieron asistencia ventilatoria, o sea, que fueron internados en terapia intensiva, presentan mayormente daño pulmonar y estos daños pulmonares van desde disminución de la capacidad pulmonar hasta la fibrosis pulmonar”, puntualizó.

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