Este sábado 1 de mayo se cumplen los 100 años de existencia del Club Sportivo Luqueño y la ciudad de Luque se tiñó totalmente de los colores que lo identifican: azul y amarillo. La fiebre azul-amarilla la denominan los fanáticos y pobladores, quienes realizaron pintatas, murales, instalación de adornos en todas las calles y paredes del distrito. El entusiasmo y la pasión que siempre caracterizaron a este distrito hoy no se ven por disminuidos por una pandemia. Con las limitaciones y respetando todos los protocolos, los luqueños están más que ansiosos por celebrar la fiesta del centenario de uno de los clubes más históricos del Paraguay. La locura se apodera a medida que faltan horas para el primer día del mes de mayo.

El Club Sportivo Luqueño nació el 1 de mayo de 1921 en la ciudad de Luque, departamento Central, a raíz de la fusión de tres importantes clubes del mismo distrito. Se trataba de General Aquino, El Vencedor y Marte Atlético, que eran rivales, pero que decidieron dejar sus diferencias de lado para potenciar la familia luqueña. La sede local de Luqueño funciona en el estadio Feliciano Cáceres, uno de los más grandes aforos del país.

Con las limitaciones y respetando todos los protocolos, los luqueños están más que ansiosos por celebrar la fiesta del siglo cumplido de uno de los clubes más históricos del Paraguay. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Este fin de semana Luqueño alcanza los 100 años de vida institucional, con una riqueza histórica y tradicional arrastre popular en toda la ciudad, que incluso trasciende la actividad deportiva principal: el fútbol. La población local vive y respira los colores azul y amarillo. Casas, paredes, murallas, calles, columnas de luz, carteles, edificios y demás estructuras físicas de la ciudad lucen los colores característicos desde siempre.

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Sin embargo, en esta oportunidad, la hinchada organizada oficial del club, Los Chancholigans, con el apoyo de la comunidad local, realizaron murales gigantes, pintatas y demás obras de arte que plasman la pasión y la fiebre azul-amarilla, como ellos la llaman.

Para mostrar a los lectores, un equipo del diario La Nación recorrió las calles y barrios de la República de Luque durante dos días, logrando plasmar en imagen, y puño y letra lo que están viviendo los pobladores locales a pocas horas para el sábado 1 de mayo.

Todo se vuelve amarillo y azul durante la fiesta. Foto: Pánfilo Leguizamón.

A fin de conocer más sobre los trabajos de pintatas y también intentar de entender esta pasión, Ricardo “Ricky” Aranda Cáceres, uno de los miembros de la hinchada oficial que corresponde a la fracción del Cuarto Barrio parte Central, explicó al equipo fotoperiodístico que hace más de 16 años viven prácticamente todo lo que es el club Luqueño.

“Los luqueños respiran como una República. Son orgullosos, fanáticos y enfermos por los colores azul y amarillo. La mayoría de nosotros luego usa los colores todos los días. Le tenemos en la piel con tatuajes, en la ropa y en todas partes. Hasta los abogados y escribanos en sus trajes tienen algo identificatorio”, mencionó.

Murales

Desde que faltaban exactamente 97 días para la llegada del centenario del club, Ricky comentó que comenzaron a moverse a fin de realizar los murales y las pintatas que formarían parte de las celebraciones. Con la situación de la pandemia, el factor económico fue el principal obstáculo para conseguir la pintura. Entonces, empezaron a realizar campañas a través de las redes sociales, lo que redundó en la donación de pintura y pinceles.

Miembros de los Chancholigans, hinchada organizada oficial del Club Sportivo Luqueño. Foto: Gentileza.

“Entonces, salimos a las calles con tapabocas y alcohol en gel, siempre tratando de cuidar la salud y respetar los protocolos sanitarios. Ni esta pandemia pudo atajarnos. Esto es como una enfermedad incurable, no se puede luchar contra eso. Es también contagioso. Vecinos que son de Cerro o de Olimpia nos piden que también pintemos los colores del club en sus casas”, señaló Aranda Cáceres.

Un primer mural se ubicó al lado de la Fiscalía del Cuarto Barrio, mediante un mural que concentró los tres escudos de los clubes que se fusionaron para la fundación del club. A dos cuadras, en las paredes de la escuela Adrián Jara, pintaron una insignia de Luque y un chanchito (animal que identifica al club).

Además, se ejecutaron pintatas en todas las columnas de luz y postes de electricidad de los negocios. “Hasta los basureros pintamos. A nadie le perdonamos. De noche y madrugada luego hicimos todo para que nadie nos diga nada”, expresó.

En otra parte de la ciudad, más alejado del centro, se encuentra el barrio Bella Vista, donde se iniciaron los trabajos de murales en los antiguos vagones del ferrocarril. Foto: Pánfilo Leguizamón.

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¿Dónde comenzó la idea de hacer murales?

En otra parte de la ciudad, más alejado del centro, se encuentra el barrio Bella Vista, donde se iniciaron los trabajos de murales en los antiguos vagones del ferrocarril. Martín Álvarez, líder de la fracción Chancholigans Bella Vista, comentó a esta redacción que ellos fueron prácticamente los que comenzaron a realizar estas obras.

“Acá en el ferrocarril tenemos todos los vagones pintados. Comenzamos dos meses atrás. Primero solamente los muchachos de la hinchada y luego se acoplaron algunos vecinos. Se hizo la famosa ‘vaquita’ para comprar pinturas y ahí comenzamos. Primero ni mil guaraníes nos querían dar con el primer proyecto, que a duras penas terminamos. Después, con el segundo trabajo recibimos apoyo del movimiento ‘Todos por Luque’, el cual nos donó pinturas y pinceles para seguir pintando a full los murales”, confesó.

Los murales continuaron sobre la calle Rosario, donde pintaron la histórica iglesia del año 1939 que todavía no tenía el campanario como en la actualidad. Los trabajos se desarrollaban de tarde y noche, ya que los pintores desarrollan otras actividades en horario diurno. Sin embargo, con la llegada nuevamente de las últimas restricciones sanitarias, las obras se vieron en suspenso porque la Policía no los dejaba continuar en la vía pública. Dialogando después con los uniformados, se permitió que puedan trabajar en grupos reducidos.

Los murales continuaron sobre la calle Rosario, donde pintaron la histórica iglesia del año 1939 que todavía no tenía el campanario como en la actualidad. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Álvarez califica a la pasión inexplicable que viven como la fiebre azul-amarilla, lo cual significa todo para los luqueños, según refirió. “La gente está asociándose ahora más que nunca al club. Hasta a sus perros y a niños que todavía ni nacieron se les está asociando”, reveló.

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Actividades

En el barrio Bella Vista realizarán un despliegue de fuegos artificiales a las 00:00 del sábado 1 de mayo, dando así apertura a la serie de actividades que desarrollarán en el marco del centenario.

El evento principal será un camionazo acompañado de una caravana de vehículos que tendrá como punto de partida la zona de Las Residentas, frente al parque Ñu Guasu, que recorrerá toda la ciudad y terminará en el estadio Feliciano Cáceres. En el camión principal que encabezará la movida irán los encargados de las batucadas de la hinchada oficial, quienes una vez en el estadio principal continuarán la fiesta y el jolgorio.

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