Mediciones de dióxido de carbono (CO2) en oficinas indican que mantener abiertas puertas y ventanas es esencial para contar con ambientes ventilados.
Desde la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS) realizaron experimentos para medir concentraciones de CO2 en el ambiente en espacios ventilados y no. En este sentido, señalan que en espacios cerrados, con tapabocas y distancia no alcanza. Para reducir riesgo de contagio por COVID-19, ventilar ambientes es clave. Oficinas con puertas y ventanas cerradas registraron concentraciones de CO2 fuera del umbral recomendado de 1.000 ppm (partes por millón).
El primer ejemplo habla de una oficina con acondicionador de aire (AA), puerta y ventanas cerradas, 4 trabajadores, todos con tapabocas, conservando distancia. Al poco tiempo de iniciar la medición de CO2 se registró un rango de 1.026 ppm. Se procedió a abrir la puerta y las ventanas del lugar. A los 6 minutos se verificó un CO2 de 688 ppm.
Otra evaluación se efectuó en una oficina con puerta abierta y ventana cerrada, AA y 2 personas en el lugar. En la ocasión se verificó un CO2 de 466 ppm. Al cerrar la puerta (5 minutos después) el nivel subió a 540 ppm. Al abrir la puerta y ventana, el CO2 descendió a 448 ppm.
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El siguiente experimento sostiene que mediciones en oficina con AA encendido, puerta y ventanas cerradas, con 9 personas trabajando reportó un alto nivel de CO2, mayor al recomendado, de 1.640 ppm. Se procedió a abrir puerta y ventanas del lugar, comprobándose un llamativo descenso de CO2 que llegó a 664 ppm.
Así también, durante las mediciones en una oficina con AA, con puerta y ventanas abiertas, 13 personas, todas con tapabocas y distancia, se verificó un rango de CO2 de 659 ppm, dentro del umbral recomendado.