En enero pasado, doña Petrona cumplió más de un siglo de vida y lo celebró con todos sus seres queridos. Ella es la abuelita oriunda del departamento de Misiones que celebró su cumpleaños número 109 este año. A juzgar por su edad, ya logró sobrevivir a grandes epidemias que sacudieron a todo el planeta, entre ellas las de la gripe española y la de H1N1.
Primeramente en el siglo pasado, entre los años 1918 y 1921, periodo en el que se desató la gripe española y que a su paso dejó cientos de miles de fallecidos en todo el mundo. Y luego llegó otro mortífero virus como el H1N1 y ya en pleno siglo XXI, en el 2019, llegó la pandemia del COVID-19, que también podríamos decir se trata de una de las peores enfermedades a la que se enfrenta la humanidad.
Pero gracias a los avances tecnológicos, la comunidad científica logró crear una vacuna para contrarrestar al virus. Esto se logró al poco tiempo de la aparición del coronavirus y actualmente están siendo aplicadas en el mundo entero a personas mayores de 16 años en adelante.
Las organizaciones internacionales encargadas de la salud establecieron ciertos protocolos que deben ser llevados a cabo al momento de inmunizar a los ciudadanos. Los adultos mayores, es decir los de la tercera edad, son los primeros en ser inmunizados, pues son los que más riesgo corren.
Paraguay no está exento de esas reglas usadas a nivel mundial, por lo que doña Petrona estaba en el grupo de alto riesgo y tenía que recibir la vacuna, más porque tiene 109 años y es parte de la población vulnerable. Pero para sorpresa de todos, ella prefirió no acceder a la dosis alegando que “se vacune un joven en vez de mí. Ellos son el futuro de este país y lo necesitan más que yo. Alguien se puede salvar con esta dosis”, dijo la valiente mujer de 109 años.
“Che cheg̃uaig̃uíma, 109 años ma areko; mbaʼépiko che rehe omaʼẽrãvéta hikuái”, dijo en guaraní, lo que traducido al español significa: “Yo ya estoy vieja, tengo 109 años, qué por mí van a estar más así”. Igualmente, dijo a otros medios: “Aime porã nio che. Pe vacuna oikotevêve umi mitãrusukuéra ojeprotehe hag̃ua ko mba’asy vaígui. Che ja aikóma heta ha aikovéta voi hetave“, siguió diciendo, lo que traducido significa: “Esta vacuna la necesitan más los jóvenes para protegerse de esta enfermedad tan fea. Yo ya viví mucho y voy a vivir mucho más aún”, aseveró.
Declaró también: “Ñaganáta ko mba’e vai la otra vez guaréicha”, lo que quiere decir: “Le vamos a ganar a esta cosa fea, así como la otra vez”. En tiempos de la gripe española, ella tenía tan solo 6 años y tanto su familia como ella la combatieron con un remedio casero preparado por ellos mismos.
La formula consistía en un puño de la planta tembetary hû pire (corteza de la quina), lo mezclaban en un litro de caña blanca y un cuarto de miel de abeja. Lo colocaban en un frasco y lo dejaban reposar por dos días, luego se bebía 10 ml en ayunas, todos los días. Asegura que es una receta que practica hasta hoy en día.
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Doña Petrona se casó con Miguel Bogarín y ambos son padres de 9 hijos, 4 de los cuales siguen con vida. En sus años de moza y hasta hace tres décadas, se dedicaba a traer niños al mundo, por lo que fue partícipe y testigo de más de 100 nacimientos.