El 25 de marzo, David Insaurralde daba a conocer a través de sus redes sociales que era médico de primera línea en la lucha contra el COVID-19 y que se había inscrito en el tiempo adecuado para la vacunación al personal de blanco. Sin embargo, hasta esa fecha en que gran parte de sus colegas ya había sido inmunizado, él no recibió la vacuna.
Estaba previsto que le apliquen el biológico el 26 de marzo, pero, lastimosamente, se contagió y hoy 9 de abril, 16 días después, la comunidad médica y el país lamentan su temprana partida.
“Dije que no iba a decir nada, pero no podés vacunar a personas que no son de primera línea, vi gente que ni son del área más sensible, gracias a este sistema nefasto hoy me tocó a mí. Mi confianza está puesta en Jesucristo, sé que todo va a salir bien, pero si algo sale mal y se complica mi salud, y algo me pasa, quiero que sepan que la responsabilidad es de este gobierno”, había escrito David en su muro del Facebook.
El joven galeno relató que esperó pacientemente, se cuidó y tomó los recaudos para acudir al llamado de los hogares de mucha gente en Presidente Franco, Ciudad del Este, Hernandarias, todas las localidades de Alto Paraná, uno de los departamentos más afectados por el virus a nivel país. “Muchos ya están curados”, había manifestado en aquel entonces.
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Seguidamente, agregó que “duele saber que a pesar de eso, mi país no me protege y no me priorizó, le priorizó a los corruptos y hasta a personas que ni título tienen aún a mano, pero están por ahí, que impotencia siento, en especial por mis familiares, que no saben ni cómo reaccionar”.
En medio de la injusticia que estaba viviendo, David hizo un llamado de atención a aquellos que se vacunaron sin ser de primera línea: “Vos que te vacunas y no sos de primera línea, al menos por respeto no alces en tu estado, hay gente que estamos en primera línea esperando y no nos llega, y muchos caemos”.
Hace 11 horas, David volvió a comunicarse con sus familiares y amigos por última vez. “Me van a internar en el IPS. Ya no tendré control de mi celular, gracias a los amigos y familiares que hacen de todo por ayudarme, pero ya no se puede. Los amo”. Así, se despedía el joven médico que hoy se convirtió en otra víctima de la corrupción del sistema.
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