Siendo jóvenes, muchas personas creen que si se contagian del COVID-19 solo estarán aislados por el tiempo que recomienden los médicos y que los síntomas serán leves. Sin embargo, una joven pareja con una niña de un año de Areguá relató lo difícil que fue para ellos convivir con la enfermedad que creían se presentaría como una gripe leve al ser ambos jóvenes, que finalmente la dejó a ella con 15 kilos menos.

“Mi marido se contagió de COVID-19 en el trabajo, él trabaja en contacto con muchas personas al día en una empresa de telefonía, aunque en todo momento se cuidó lavándose las manos, desinfectándose y al llegar a casa hacía lo mismo, por lo que creo que todos en algún momento nos vamos a contagiar de esta enfermedad”, relató la mujer.

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Los primeros síntomas para él fueron molestias en la garganta, tos seca, dificultad para respirar y perdió el sentido del olfato, así como del gusto. Mientras que en ella los primeros síntomas fueron dolores intensos en los huesos como en la espalda, los dedos de las manos y músculos, el simple acto de tomar el celular en la mano le costaba demasiado.

Ante estos síntomas que nunca antes sintieron, ya que ella es asmática pero no presentaba ni tan siquiera una gripe, acudieron de inmediato al Hospital Distrital de Areguá, donde finalmente se constató que ambos eran positivo al coronavirus. Los síntomas eran moderados a fuertes y por recomendación de los médicos tratantes los pacientes guardaron reposo en casa.

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“Fue un gran susto recibir la noticia de que tu marido es COVID-19 positivo y que vos también con los síntomas probablemente también sos positivo. En lo primero que pensé fue en mi hija y gracias a Dios ella no presentaba ningún síntoma. Mi marido necesitó de oxígeno en los primeros días, luego él mejoró rápidamente y caí yo”, relató.

En el segundo día de síntomas, la mujer presentó fiebre, mucha tos seca que la llevó a tener crisis asmática. No podía mantenerse de pie por largo tiempo, los mareos se sumaron y lo único que sentía que podía consumir era agua, no paraba de tomar agua y no podía tragar ningún bocado. En ese ínterin también se presentaron vómitos y colitis, lo que la llevaron a bajar más de 15 kilos en los días de aislamiento.

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A los 10 días de aislamiento, todo fue mejorando, volvieron los olores, los sabores, las fuerzas volvieron al cuerpo y esta pareja sintió tener otra oportunidad de vida al vencer la temible y letal enfermedad que es el COVID-19. “No fue nada fácil estar aislados y enfermos con una pequeña que quería salir a jugar con los demás niños y vos sin tener las fuerzas siquiera para alzarla en brazos, todo fue por la fe que tenemos a Dios y por la esperanza que íbamos salir de esta batalla como familia”, recordaron e instaron a las familias, especialmente a los proveedores de la casa, a cuidarse y tomar todas las precauciones para evitar llegar a ser hospitalizados.