Con la complicada situación actual del sistema sanitario del país, una herramienta médica muy necesaria y útil para pacientes con COVID-19 es el saturómetro, llamado también oxímetro de pulso o pulsioxímetro; que permite medir la saturación de oxígeno de la sangre de un paciente.

“Creo que la gente comprendió la importancia de la saturación de oxígeno. Estamos viendo que la gente acude al saturómetro”, opinó el doctor José Fusillo, neumólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Juan Max Boetner” (INERAM) y presidente de la Sociedad Paraguaya de Neumología.

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El saturómetro es un aparato de uso domiciliario, cuyo costo está en alrededor de 100 mil guaraníes. Según Fusillo, en entrevista de Telefuturo, una persona sana, sin patología previa respiratoria, lo recomendable es que el indicador sea de 93 para arriba, aunque puedan darse algunas variaciones durante el día. “Por debajo de 90, ya requiere soporte de oxígeno”, afirmó.

Para el neumólogo, adquirir el saturómetro es más conveniente para un paciente que ha adquirido la enfermedad, antes que “de gastar en medicamentos que pueden resultar peligrosos”. Sugiere realizar un cronograma diario, en base a un monitoreo de tres veces por día.

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Explicó que un paciente con coronavirus presenta complicaciones a partir de los días 7 al 10 de la infección, para lo cual el saturómetro es una referencia de la gravedad del cuadro clínico, y para acudir a una hospitalización. También recomienda utilizar los dedos medio o índice para la medición, y evitar el esmalte de uñas, ya que puede afectar entre 3 y 5 puntos, así como trastornos térmicos (como dormir con aire acondicionado).

En otro momento comentó que la fiebre no debe alarmar, debido a que es un mecanismo de defensa; excepto cuando es persistente y aparecen otros síntomas, como cansancio o dificultad para respirar. “La fiebre por sí sola no es un marcador de gravedad ni de severidad, pero sí es motivo de consulta”, sentenció, y también mencionó que algunos pacientes de COVID-19 alcanzan hasta 8 días con fiebre.

Ayuda a salvar vidas

Por su parte, el médico Tomás Mateo Balmelli, jefe de Infectología del Departamento Oncológico del Hospital de Clínicas, explicó: “El oxímetro o saturómetro, mide el nivel de oxígeno circulando en la sangre. El % de saturación junto a síntomas y el diagnóstico clínico ayudan, a médicos, a tomar decisiones más rápidas y acertadas en el tratamiento del COVID-19. El diagnóstico a tiempo ayuda a salvar vidas”.

Respecto a la oxigenación sanguínea durante el COVID-19, el infectólogo aclaró, a través de un tuit: “El saturómetro es un aparato que indica el grado de oxigenación en la sangre... es como una brújula que muestra si mejora o empeora el nivel de oxígeno. Por debajo de 93%... consultá rápidamente con un médico. ¡El diagnóstico precoz es clave!”.

No usar aplicaciones digitales

También el doctor Robert Núñez, director de la XVIII Región Sanitaria, Asunción, dedicó un hilo en Twitter al tema: ¿En qué circunstancias podría ser útil el uso del saturómetro?

El profesional explica: Algunas personas con COVID-19 pueden tener de inicio síntomas leves y encontrarse en sus hogares durante el transcurso de la enfermedad o bien haber cursado una breve internación y continuar la evolución en sus casas.

Un paciente puede manifestar dificultad respiratoria. En algunas ocasiones, con el saturómetro estas personas podrían identificar anticipadamente la disminución de la saturación antes de presentar síntomas. Esta situación suele ser más frecuente en personas mayores. La evidencia de una saturación baja justifica la consulta médica.

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Este dispositivo es altamente útil en el seguimiento de personas con COVID-19, o con alta sospecha de tener COVID-19, que presenten dificultades para su desplazamiento o vivan en zonas con poca accesibilidad. Su uso permite definir con mayor claridad quienes requieren acercarse a un centro de salud de mayor complejidad. No se recomienda utilizar las aplicaciones de los celulares para la realización de esta medición.

La mayoría de las personas sanas tendrán una saturación entre 95 y 98% (a menos que la persona tenga alguna patología crónica con una insuficiencia respiratoria persistente). Valores inferiores al 96 % deben ser consultados con el médico tratante. En general una saturación inferior al 92% es un motivo claro para realizar una consulta a la guardia.

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