Desde este sábado 27 de marzo se pondrán en marcha las nuevas medidas restrictivas de circulación anunciadas por el Gobierno Nacional a causa de la alta cantidad de nuevos contagios y la transmisión comunitaria de la nueva cepa P1 del COVID-19, una variante que ya es conocida como la “cepa de Manaos”, por el presunto origen de la misma.

Estas medidas, que buscan disminuir la cantidad de contagios que ha hecho colapsar al sistema sanitario público y privado del país, también generarán pérdidas económicas al sector productivo.

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Enrique López Arce, quien está a cargo de la Oficina de Empleos de la Asociación Nacional Republicana (ANR), estima que alrededor de 2.000.000 de trabajadores se verían afectados por un eventual regreso a fase 0, como sucedió en marzo del año pasado. “El sector más afectado será el terciario, que abarca a casi 2.100.000 trabajadores, de una población económicamente activa de aproximadamente 3.445.000 personas”, expresó.

López Arce agregó que del total de trabajadores que se verían afectados por las medidas sanitarias, serían 900.000 del sector comercial, 750.000 trabajadores del sector de servicios y cerca de 300.000 de variados sectores que incluyen a las finanzas, seguros, transporte, inmuebles, mientras que en el sector vinculado directamente con la industria (al menos 350.000 trabajadores) mínimamente afectaría a cerca de 200.000 de ellos.

Pérdidas por Semana Santa

Se estima que las medidas decretadas harán que una gran cantidad de trabajadores necesariamente se queden en sus casas y representarían más del 60% de los económicamente activos. Se estima que aproximadamente G. 735 mil millones dejarán de ingresar a las arcas de las familias paraguayas durante los días de Semana Santa, lo que representa un promedio de G. 420.000 por persona.

El mensaje percibido

“Si bien se permite la comercialización por motodelivery, el consumo igualmente disminuiría, pues el mensaje que mucha gente percibe es que se debe ahorrar dinero porque posiblemente lo necesitemos para comprar medicamentos, para cuidar la salud y mucho más si llegáramos a necesitar de unidad de terapia intensiva (UTI)”, mencionó el especialista de empleo.

Cree además que las personas postergarán, sin dudas, comprar no esenciales o urgentes, como cambios de cama, aparatos de TV o enseres para la casa, siendo las compras de tiendas de abastecimiento muy similares a las realizadas en marzo del año pasado.

El peor momento

“Así como es el peor momento de la enfermedad, es también el peor momento para el empleo porque las vacancias laborales o proyectos económicos nuevos se ralentizarán, lo que hará que probablemente las ofertas de empleo caigan hasta en un 70%, pues solamente al mencionarse la posibilidad de una vuelta atrás, estas cayeron en un 35%”, concluyó López Arce.

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