Pablo Lemir, médico forense del Ministerio Público, manifestó que en Paraguay podrían utilizarse próximamente los cementerios humanitarios, mal llamados fosas comunes, ante el exceso de las defunciones registradas actualmente, sumadas a los fallecimientos por COVID-19. El profesional detalló que el denominado punto de quiebre para impulsar el procedimiento funerario deberá ser determinado por los intendentes y gobernadores.
“Lo que se podría llegar a utilizar son las mal llamadas fosas comunes, de hecho, ese no es el nombre, en el protocolo figura como cementerios humanitarios, no solo es un nombre más amigable, sino que tiene una forma de trabajar más amigable, en el sentido de que los cuerpos no están apilados, están con una distancia prudencial uno y otro, eso permite que eventualmente la familia sepa dónde está su familiar enterrada, dejarla ahí o a futuro desenterrarla y llevarla a otro lugar”, sostuvo.
Por otra parte, Lemir descartó el planteamiento de usar el horno pirolítico de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), para realizar las cremaciones. “Tenemos que olvidarnos ya que eso no se usará, no está en condiciones y tampoco es una solución viable y razonable”, dijo.
Punto de quiebre
Señaló también que no se cuenta aún con el número exacto para determinar el momento que deben ser utilizados los cementerios humanitarios debido a que su funcionamiento se regirá exclusivamente por la Ley orgánica municipal.
“El punto de quiebre es a partir de cuánto es el número, a partir de cuántos vamos a tener que llegar para los cementerios humanitarios, ese punto de quiebre no lo tenemos porque es una cuestión que le corresponde a las municipalidades y a las gobernaciones decirnos por ley. La Ley orgánica municipal dice que los servicios funerarios y de sepelios están a cargo y supervisado por los municipios, eso quiere decir que las municipalidades tienen que decirnos que cuentan con tanta cantidad de cementerios, tienen tanta cantidad de espacios y funerarias habilitadas y qué cantidad de servicios por día pueden brindar”, refirió.
Añadió que el dato es sumamente importante ya que las muertes no son solo a raíz del letal virus, sino por otros factores, como accidentes, enfermedades de base como la obesidad, diabetes, entre otros.
“Este dato es importante porque no solo por COVID mueren las personas, lo que tenemos en este momento es un exceso de defunción, esto significa que tenemos una cantidad equis de ciudadanos paraguayos que morirán nomás luego diariamente o semanal por distintos motivos”, comentó.
“Que el ciudadano no piense que el lunes de pascua van a disminuir los números”
Agregó que las cifras de fallecimientos por COVID-19 seguirán en aumento, razón por la cual es necesario cumplir con las medidas sanitarias que fueron establecidas por el Ejecutivo días atrás.
“Es lo correcto médicamente y epidemiológicamente, pero que el ciudadano paraguayo no piense que el lunes de pascua van a disminuir los números, eso es una mentira, porque las infecciones que evitemos esta semana se reflejarán sistemáticamente en todo caso en 10 o 14 días, eso en verdad significa que las siguientes dos semanas epidemiológicas lo más probable es que se dupliquen de vuelta los números de fallecidos”, puntualizó.
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Comentó que el protocolo sanitario para los fallecidos por COVID-19 sigue siendo similar a lo utilizado durante el inicio de la pandemia. Agregó que pasada las 36 horas de muerte, igual el cuerpo cuenta con partículas de la enfermedad que podrían contagiar al operador del sistema funerario.
“El tratamiento del fallecido por COVID debe ser el mismo. Ahora lo último que se descubrió con relación al virus en el cadáver es que cuando se encuentra activo dentro del cuerpo, pasadas las 36 horas de la muerte se puede rescatar partículas víricas vivas dentro del cadáver. Para el familiar o la persona que está al lado del cajón, no (si puede llegar a contagiar), porque el cuerpo ya no respira, no emite el virus, pero para el operador del sistema, por ejemplo el que hace la autopsia, que abre el cuerpo, manosea el cadáver, si es un peligro”, dijo.
Finalmente, Lemir detalló que en países con mayores adquisiciones económicas e infraestructuras como España, Alemania, entre otros, se optó por dejar ver el cadáver de un familiar víctima del COVID, a una distancia de 2 metros, bajo todos los protocolos sanitarios, hecho que no fue implementado en Paraguay.
“En algunos países se optó por ejemplo a los familiares más cercanos dejar ver a 2 metros de distancia el cuerpo sin tocarlo antes de embalar, luego realizar ese proceso y ya directo al cementerio, eso fue lo máximo que se llegó de manera razonable. No velatorio, pero sí esa despedida, unos minutos de poder mirarle de lejos, en el país no está permitido ya que las personas deberán vestirse con toda la protección, hacerle un camino para que llegue donde está el cuerpo, pero no se tienen condiciones de infraestructura ni equipos”, acotó.