Sigue el calvario de los familiares de pacientes que se encuentran internados en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) Juan Max Boettner con COVID-19. Esta mañana, todos juntos bajo carpas, atendiendo las fuertes lluvias, exigieron ayuda al Gobierno y piden a la ciudadanía mayor conciencia con los cuidados.

Indicaron que es triste la situación por la que están pasando. “No tener un techo donde protegernos con este tiempo y nuestros parientes que están luchando ahí dentro”, dijo una familiar. Afirmó que por el momento mermó más el pedido de medicamentos, pero siguen algunos en falta.

“Ya son 9 días que mi marido está en terapia. La pastoral es la que nos mantiene acá, nos trae el desayuno y almuerzo, es una bendición lo que están haciendo acá”, mencionó. Agregó que la pastoral es la que se encarga de distribuir equitativamente todos los donativos que llegan para las familias.

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Otra mujer también comentó que su familiar se encuentra internado hace cinco días, que está siendo bien atendido y que afortunadamente cuentan con las carpas para refugiarse. “Está estable, pero no tiene una cama”, apuntó.

Afirmó que a la ciudadanía le falta más responsabilidad, ya que no es consciente de lo terrible que puede llegar a ser esta enfermedad. “Hasta que no te toca de cerca es medio difícil creer o asimilar lo que pasa. La realidad de los hospitales es muy triste y más con la situación que estamos pasando ahora”, expresó.

Manifestó que hasta ahora afortunadamente no se les pidió medicamentos con costos muy elevados, atendiendo la situación en la que se encuentra su paciente, pero que sí les están pidiendo ciertos medicamentos. “Sí o sí hay un gasto promedio”, dijo.

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“Un día que vengan acá y vean el sufrimiento con los familiares de los pacientes van a saber lo terrible que es esta enfermedad. Mi primo está en estado crítico, ahora lo colocaron boca abajo para que pueda respirar, más o menos bien”, expresó otra joven.

Pidió más conciencia a los jóvenes, que piensen en sus padres y abuelos, porque finalmente son ellos los que se llevan la peor parte en medio de esta crisis. “Ahora ya no hay camas, prácticamente se espera a que fallezca uno para ingresar a los que están graves”, confirmó.


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