Ayer 19 de marzo fue el Día de San José Obrero, patrono de todos los artesanos católicos del mundo, por ello se celebró el Día del Artesano. María Ramona Lescano Bogarín, de 29 años, de profesión enfermera, se dedica a ser artesana porque es una apasionada del trabajo mental y manual, y todo lo que hace lo hace con mucho amor respondiendo al pedido de sus clientes.
“El que trabaja con sus manos es un trabajador manual. El que trabaja con sus manos y su cabeza es un artesano. El que trabaja con sus manos, cabeza y corazón es un artista”, recordó Lescano Bogarín, en contacto con La Nación, la encargada del taller Creaciones Merry.
Agregó que la artesanía tiene mucha competencia por la imaginación y la creatividad de los artesanos que atrae al publico y con ello se gana clientela, pero que a pesar de la competencia y los trabajos, unos más lindos que otros, con diferentes precios y materiales, en este rubro se gana dinero si uno es positivo y constante.
“Sí, se gana bien, a pesar de la competencia, da para vivir muy bien. La consigna es no regalar los trabajos a bajo costo, lo importante es cobrar lo justo. Se invierte en herramientas y materiales. Bueno, a mí me duran bien las herramientas y los materiales al comprar en cantidad me sale más barato”, señaló la artesana, recordando que la competencia abarata los costos reales porque los clientes regatean los precios pensando que no hubo esfuerzo ni talento en el trabajo hecho.
Ella crea muñecos de bolas de poliespán y goma Eva, que son conocidos como “fofuchas”. Lo hace en varios tamaños y suelen solicitarse réplicas de personas, por ejemplo para recuerdos de egreso, porque las fofuchas pueden portar el birrete y la toga, así como también crea muñecos de boda o sobre tortas con estos materiales. Los interesados en solicitar su trabajo pueden hacerlo a través del (0961) 844-881.
Sobre si fue afectada por la pandemia del COVID-19, señaló muy optimista que si bien los pedidos y ventas bajaron, no fue tan afectada como otros sectores porque siempre tuvo trabajo. Ella cuenta con una clientela fiel que siempre le hace pedidos especiales, confiados en sus laboriosas y creativas manos.
“Tenemos que aprender a valorar nuestro trabajo como artesano a pesar de la competencia que existe hoy en día. No podemos tampoco desanimarnos si un día no hay trabajo. Cuando creamos con las manos nunca nos va a faltar nada, porque tenemos un don muy especial que es el saber crear, que aprendamos siempre a verle el lado bueno a todo y que San José Obrero nos llene de abundante trabajo”, dijo la artesana que opera en este sector desde hace 10 años.