Con su presupuesto agotado y el personal médico y de enfermería exhausto, el Hospital de Clínicas, también conocido como “hospital de los pobres”, lucha para evitar el colapso un año después del inicio de la pandemia y en pleno apogeo de contagios de coronavirus en Paraguay.

“El sistema está saturado, al borde ya del colapso. Estamos peleando para salvaguardar la integridad y la vida de nuestros compatriotas”, contó a la AFP Jorge Giubi, director general asistencial del Hospital de Clínicas, dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, que alberga a unos 60 internados por COVID-19.

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“El Hospital de Clínicas está pasando por una situación muy difícil. Tenemos un presupuesto muy limitado que ya fue consumido para medicamentos e insumos. Ese déficit se traslada al bolsillo del paciente. Muchos tienen que comprar insumos con los que nosotros no contamos”, describió Giubi.

En las últimas semanas, parientes de los enfermos han levantado carpas frente a varios centros de salud con letreros improvisados que indican: “Se reciben donaciones”, “Se reciben víveres, pañales, agua”, todos destinados para un centenar de enfermos.

También recurren a las redes sociales en busca de medicamentos para las terapias de sus familiares. “Todo vale, hasta pedimos que nos hagan delivery desde Clorinda”, la localidad argentina más próxima a Asunción, dijo Mario Paredes, familiar de un internado.

“Contagio masivo”

“Existe una explosión dentro de la sociedad con una tasa de contagio altísima que repercute directamente en nuestros servicios de urgencias. Ese contagio masivo hace que el porcentaje de pacientes críticos se eleve también, y esos son los que requieren internación”, refirió Giubi, de 46 años y quien ejerce desde el 2016 el cargo de director del hospital.

El Hospital de Clínicas es un moderno complejo de edificios que ocupa varias manzanas en el predio de la Universidad Nacional, con capacidad para unas 600 camas, ubicado en San Lorenzo, en las afueras de la capital. Las autoridades prevén la habilitación de otras 50 camas en caso de una catástrofe sanitaria.

Pero “los médicos y el personal de enfermería están agotados, después de un año de trabajo. La tensión que existe por toda esta situación pandémica genera mucho desgaste”, sostuvo Giubi, al indicar que han comenzado a trabajar con el Departamento de Psiquiatría y de Psicología para darle apoyo a los sanitarios.

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Familiares de pacientes con COVID-19 aguardan en los alrededores del Hospital de Clínicas de San Lorenzo. Foto: AFP.

El Ministerio de Salud reporta un promedio de 40 muertos y 2.000 contagiados por día en el país. Por cada tres muestras procesadas, una da positivo, según las estadísticas oficiales.

Aunque todavía bajo en comparación con los estándares de la región, el total de casos confirmados es de más de 181.000 y unos 3.500 fallecidos, sobre una población de 7 millones de habitantes.

“Estamos viviendo uno de los picos más importantes de toda la pandemia, con ocupación total de camas. Estamos realizando los esfuerzos para paliar esta situación”, sostuvo Ricardo Caballero, encargado de la terapia intensiva del hospital universitario. Entre el personal médico y paramédico de este centro, ya han perdido la vida ocho personas.

Fuente: AFP.

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