Paraguay se encuentra en la etapa más crítica de la pandemia a casi un año del ingreso del COVID-19 en el territorio nacional. A la fecha los principales hospitales de referencia se encuentran colapsados y las familias de los pacientes internados ya empeñaron o vendieron todos sus objetos de valor para comprar costosos medicamentos que están en falta.

Este es el caso de una joven que cumplió 15 años en el patio del Ineram, centro médico en el que su padre está internado en terapia intensiva a causa del COVID-19. La misma en medio de su desesperación por querer ver recuperado a su padre, pidió como regalo de cumpleaños atracurio y midazolam a los que serían sus invitados para poder bailar el vals con su padre.

“Tuve que pasar mis 15 años acá, unas semanas antes de mi cumpleaños mi padre se internó. Estoy con la esperanza de poder volver a verle y poder bailar con él el vals”, dijo a los medios de prensa Celeste, quien aguarda en las afueras del centro asistencial.

Expresó que su padre se encuentra estable y que ya han hecho de todo en la familia para conseguir los medicamentos que necesita para seguir luchando en la terapia. “En mis 15 pedí atracurio y midazolam como regalo, hubo gente que me trajo. Tuvimos que hacer pollada, milaneseada, cualquier cosa para conseguir la plata para los medicamentos. Él está bien, pero hay personas que van ingresando y no es fácil”, aseguró.

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Pidió al presidente Mario Abdo Benítez que visite los hospitales para conocer la realidad de las familias y la necesidad reinante en cuanto a medicamentos. “Le pido al presidente de la República que dé la cara y se dé cuenta de la necesidad que pasa toda la gente acá, gastando millones al día”, sentenció.

Cabe destacar que el padre de Celeste está internado hace 26 días en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram). La joven destacó que la gente no muere de COVID-19, sino porque no tiene el dinero para comprar los insumos para sus familias.

Destacó el trabajo que realizan los médicos y enfermeras que hacen hasta lo imposible por salvar a los pacientes, pero que ante la falta de medicamento es imposible realizar un buen trabajo. “Los médicos hacen de todo, pero no pueden sin medicamento. Acá la gente muere porque no hay insumos. Si no tenés plata te morís”, refirió.

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