Por: VIVIANA ORREGO (viviana.orrego@gruponacion.com.py)
Desde los ocho años ejecuta el violín en su comunidad indígena Santa Teresita, de la familia Guaraní Occidental, ubicada en Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón. A los 10 años recibió como obsequio un violín para su propio instrumento de la mano del maestro Luis Szaran y, desde entonces, vive abrazada a la música, elemento que le ayudó a crecer, a relacionarse y a soñar aún más.
Se trata de María Guadalupe Flores, una joven indígena que hoy a sus 20 años se convirtió en una líder juvenil del programa social Sonidos de mi Tierra. Tiene grandes sueños que cumplir, uno de ellos el de convertirse en una agente de policía y formar parte de la banda musical ejecutando siempre su amado violín.
La Nación se hizo eco de la historia de superación de Guadalupe con el posteo en redes sociales del maestro Luis Szaran, quien orgulloso de una de sus alumnas de música dentro del programa Sonidos de mi Tierra cuenta cómo la joven indígena no se conformó con lo recibido –su violín y las enseñanzas–, sino que luchó siempre por superarse pese a encontrarse a 500 kilómetros de Asunción y sin recursos.
Tal y como lo dice Sonidos de mi Tierra en su visión, la música crea capital social y reduce la pobreza, y sin dudas esa premisa se encarna en la piel de nuestro ejemplo de superación de hoy, ya que busca de alguna forma salir adelante, cumplir sus sueños y ayudar a los demás.
“Cuando empecé a ejecutar el violín tenía ocho años, aprendí con el programa Sonidos de mi Tierra. A los 10 años recibí para mi propio violín y desde ahí no paré. Gracias a la música aprendí a relacionarme con la gente que no era de mi comunidad ni de mi entorno, me ayudó mucho a superarme y conocí a mucha gente y desde allí fui más abierta”, comentó Guadalupe, quien pese a reconocer que es muy tímida accedió a hablar con La Nación.
La joven perteneciente al pueblo originario chaqueño se encuentra preparándose física y económicamente para ingresar a la Academia de Policía, a la cual el año pasado trató de presentarse, pero por falta de recursos no pudo. La matrícula es de G. 400.000 y el examen médico cuesta G 2.000.000. Los interesados en ayudar a cumplirle el sueño a Flores pueden contactarse con su madre Zulma Flores al (0985) 226-968.
Guadalupe actualmente ayuda en su comunidad siendo una mano derecha para los docentes de una escuela. Ella afirma que no enseña la parte teórica de las lecciones, sino más bien influye en los niños para que estos aprendan a expresarse, porque asegura que es lo más importante. Ella aprendió a expresar sentimientos y pensamientos a través de la música, comenta.
“Yo vivo en la comunidad Santa Teresita del distrito de Mariscal Estigarribia, Chaco. Aquí estudié la primaria, la secundaria, a ejecutar el violín y hoy soy la mano derecha de las profesoras, cuando ellas salen yo me encargo de los niños y les enseño lo más importante para mí, que no es la parte teórica, sino a que aprendan a expresarse”, añadió.
Agregó que en el mundo de la música ella es feliz y su sueño es seguir con la música apoyando a su comunidad y a las personas que necesiten de ella, pero siempre abrazada a su violín. En su comunidad fue una de las primeras en ingresar al programa de Sonidos de mi Tierra junto con otros cuatro de sus once hermanos.
Afirma que hoy en día muchos de los integrantes de su comunidad, al ver su progreso y su pasión por el arte, se animan a formar parte del programa que no solo los enseña a ejecutar un instrumento, sino también a expresarse, a valorarse y a luchar por lo que uno quiere, señaló.