Unas 30 personas privadas de libertad (PPL) de la Penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero se convirtieron en peluqueras, por lo que recibieron sus respectivos certificados tras culminar los cursos de capacitación que fueron dictados por profesionales.
El proyecto se llevó a cabo en el marco del Programa de Transformación Integral (PTI). Dentro de las competencias, las PPL aprendieron sobre peluquería masculina en diseño y corte de pelo, técnicas de peinado y cuidado de la imagen con base en el gusto de los clientes para brindar un estilo acorde a sus expectativas.
Al respecto, Elpidio Alvarenga, director del centro penitenciario, sostuvo que la peluquería, más allá de la estética, es un oficio con rápida salida laboral, por lo que siempre están brindando los cursos en el lugar y manifestó que “en la penitenciaría hay un salón de peluquería donde las personas privadas de libertad aprenden el trabajo”.
Esteban Ferreira, reconocido estilista, dijo que las PPL se motivan con los cursos porque asimilan habilidades técnicas y artísticas del oficio, y expresó que “las PPL se dan cuenta de que esta formación les abre las puertas a la vida laboral y que además pueden ser independientes”.
Salud bucal
Dentro del plan de salud integral, unas 12 adolescentes mujeres en conflicto con la ley penal del Centro Educativo Virgen de Fátima recibieron atención odontológica curativa y restauradora, incluyendo tratamientos de avanzada de prótesis dentales en los casos requeridos. Además, se realizó una charla de aprendizaje de salud bucodental.
Al respecto, la doctora Laura Arenas destacó que la prestación de servicios de atención periódica de revisión dental las realiza fundamentalmente en edades tempranas para evitar patologías frecuentes que se agravan con el paso del tiempo.
Asimismo, la especialista señaló que se realizan tratamientos dentales en las adolescentes y que en algunos casos se procedió a la rehabilitación en aquellas que perdieron piezas dentales a través de prótesis para lograr que recuperen su calidad de vida a la hora de comer y en su vida social.
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En paralelo, se llevó a cabo un conversatorio para promover una vida con salud bucal y evitar infecciones, porque todo depende de la educación que se les prodigue a las adolescentes, que en muchos casos son los fallos más recurrentes con las consecuencias no deseadas.