Tres militares fueron las primeras personas en llegar a la zona donde ocurrió el accidente aéreo en la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) en Luque, en el que fallecieron siete personas y que dejó al joven de 19 años, José Daniel Zaván, con múltiples fracturas que continúa luchando por su vida en el Hospital de Trauma, donde se encuentra actualmente en coma profundo.
“Personalmente no me considero un ángel de la guarda. A la mamá le mandamos un mensaje de esperanza. Esperemos que José Daniel se pueda recuperar y en algún momento nos podamos conocer. Él fue el último que vio a nuestros camaradas. Ellos venían compartiendo desde Fuerte Olimpo. Está en el deseo de nuestro corazón que se pueda recuperar”, expresó Amado Ariel González, teniente de Aviación de Pilotaje.
Se trata del suboficial Julio Ojeda, el teniente de justicia militar Ismael Villasanti y el teniente de Aviación de Pilotaje Amado Ariel González, quienes ayudaron a sacar el cuerpo del estudiante para que reciba los primeros auxilios. Los uniformados arriesgaron sus vidas con el riesgo de que el avión pueda explotar en ese momento. Los tres uniformados son considerados como “tres ángeles” por parte de Blanca Vaccari, madre del joven Zaván.
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“Tres ángeles”, dice madre de sobreviviente
En tanto que la madre de Zaván relató que pudo comunicarse con los militares que rescataron a su hijo para agradecerles por haber contribuido a que permanezca con vida. “De los tres ángeles que salvaron a mi hijo, con dos de ellos pude contactarme vía telefónica anoche. Realmente quiero agradecer porque el milagro de Dios es infinito con mi hijo”, afirmó Blanca Vaccari, madre del único sobreviviente de la tragedia aérea.
Por su parte, el suboficial Ojeda contó de cómo fueron los minutos posteriores al accidente. Recordó que la ambulancia de la Fuerza Aérea Paraguaya no habrá tardado más de tres minutos luego de la caída en llegar hasta la zona de impacto y que el personal militar trasladó al estudiante Zaván de manera inmediata.
“Escucho la explosión y veo el avión que cae sobre el vehículo de un camarada. Al acercarme con los camaradas lo primero que hicimos fue ayudar al joven a salir de bajo del avión. Estaba a un metro más o menos. No estaba hablando, tenía signos de vida, pero estaba inconsciente por los golpes. Estaba fuera del avión, calculamos que estaba en el asiento trasero”, afirmó el suboficial Julio Ojeda.
Los tres militares retiraron el cuerpo del joven a unos 20 metros de la zona de impacto, mientras que llegaba personal de salud para brindarle los primeros auxilios y socorrerlo hasta un hospital. Lamentan que no pudieron hacer prácticamente nada por los demás miembros de la tripulación que perdieron la vida en el accidente debido a que el fuego aumentaba en la avioneta.
“Después nos abocamos en tratar de salvar a otros camaradas, pero ya era imposible. Vimos a un compañero que estaba fuera a un costado del fuselaje del ala izquierda. Era el teniente (Pedro) López que estaba en el suelo. Intentamos ir a sacarlo, pero ya era imposible. Cuando estábamos llegando volvió a explotar el avión. No tuvimos tiempo de sacarle”, afirmó Ojeda.
El joven estudiante sufrió diversas lesiones como traumatismo craneal, traumatismo cerrado de tórax con contusión pulmonar bilateral, fractura de clavícula y fractura de cadera de lado derecho. Zaván se encontraba en la unidad de terapia intensiva (UTI) conectado con respirador y con sedantes. El accidente aéreo se cobró siete vidas, el pasado martes.
Zaván se encontraba en camino desde el Chaco a la capital para la inscripción al segundo semestre de la carrera de ingeniería agronómica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Los fallecidos en el accidente son el piloto de la aeronave coronel Aníbal Pérez Trigo, el copiloto Willians Martín Orué, el mayor Alfredo Céspedes, el teniente Marcos Romero, el teniente Manuel Sotelo, el teniente Pedro López y el funcionario, Críspulo Almada, quien abordó la nave en Fuerte Olimpo junto con el estudiante Zaván.
Los restos de los militares que fallecieron en el trágico accidente aéreo fueron despedidos el miércoles en un oficio religioso. La avioneta se precipitó en Luque, cerca de las 14:30 del martes pasado, cuando ya prácticamente llegaba a destino en la Base Aérea de Ñu Guasu de la Fuerza Aérea Paraguaya.