Por Viviana Orrego (viviana.orrego@gruponacion.com.py).
Gilda Rosana Arroyo Guainer tiene 32 años, es docente indígena de la Educación Básica por el Instituto de Formación Docente (IFD), del Santa María del Chaco; licenciada en Ciencias de la Educación, forma parte del plantel docente en la escuela privada subvencionada Inmaculada Concepción de Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, y es nuestra paraguaya sobresaliente de la semana por tratarse de una maestra intercultural.
Enseña a niños de diferentes etnias como pueblo guaraní occidental, nivaclé y manjui, y, por si fuera poco, salió del país para mejorar sus conocimientos y realizó un máster en Formación Internacional en la Universidad Complutense de Madrid tras ser adjudicada con una beca otorgada por el Programa Nacional de Becas Don Carlos Antonio López (Becal).
“Todos por una educación intercultural”
“La maestría que hice en el exterior influye de una manera enriquecedora en mi trabajo y, aparte, es un crecimiento profesional para mí. Se trató de una experiencia única donde aprendí a sobrellevar muchas dificultades, así como también conocí a gente maravillosa. Todo lo que aprendí trato de ponerlo en práctica con mis alumnos. He aprendido diversas estrategias educativas”, señaló la docente en comunicación con La Nación.
Durante el programa de maestría que realizó en Madrid, su línea de investigación se basó principalmente en la educación intercultural, con el objetivo de recabar toda la información de las buenas prácticas educativas de los pueblos indígenas que finalmente los introdujo en su innovador proyecto “Todos por una educación intercultural”.
“El objetivo del proyecto es fomentar la participación, trabajar de forma conjunta por nuestra comunidad, así como valorar nuestras culturas porque en la institución donde trabajo asisten tres pueblos indígenas, que son el pueblo guaraní occidental, nivaclé y manjui”, señaló la paraguaya sobresaliente.
El proyecto que propone la docente indígena es integrar a estos pueblos entre sí para que los niños y los mismos padres no olviden sus raíces, para que no pierdan el interés por sus idiomas, ya que algunos de los estudiantes ya no quieren leer ni escribir en sus idiomas natales.
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La escuela indígena en donde Arroyo presta servicio se imparte clases en el primer y segundo ciclo. En el primer ciclo, los niños de las etnias guaraní occidental, nivaclé y manjui, tienen clases con docentes de su mismo pueblo. Por ejemplo, los niños nivaclé tienen profesor nivaclé y desarrollan clases en su mismo idioma.
A partir del segundo ciclo, los niños pasan a mezclarse con los niños de las demás etnias en un aula porque entienden, hablan y escriben castellano. Además, para reforzar el interés por la lengua nativa dos veces por semana tienen clases de idioma y cada alumno vuelve con el profesor de su pueblo.
Tres docentes nivaclé recibidos
“Este año no sabemos cómo trabajar, si vamos a seguir con el mismo proceso porque ahora por suerte ya tenemos tres docentes recibidos en la comunidad que son del pueblo nivaclé y prácticamente ellos ya pueden encargarse de todos sus alumnos desde el primer grado hasta el sexto”, respondió la docente al ser consultada sobre cómo se están preparando para el año lectivo 2021.
Agregó que para fomentar la educación intercultural, según lo que aprendió en la maestría, es necesario fomentar el respeto entre los diferentes pueblos nativos, así como aprender a escuchar de forma activa, dialogar y comunicarse con los demás, independientemente a que la persona forme parte de una comunidad u otra. También, en la interculturalidad se deben desarrollar dinámicas de grupos donde se planteen situaciones problemáticas de la vida real que requieren soluciones.
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