La crisis de la pandemia del COVID-19 no cesa y la llegada de la vacuna, tantas veces anunciada, sigue siendo un misterio. La pregunta que muchos se hacen es cuándo se estaría realizando la vacunación efectiva a la población, en caso de que llegase mañana mismo. Mientras tanto, las autoridades sanitarias insisten en el uso de mascarillas, el lavado de manos y la distancia física como medidas preventivas para frenar el contagio en la comunidad.
En el programa “Fuego Cruzado”, emitido por el canal GEN, conducido en esta oportunidad por los periodistas Benjamín Livieres y Gustavo Velázquez, estuvo presente como invitado el doctor Aníbal Filártiga, especialista en cirugía toráxica, exdirector general del Hospital de Trauma y expresidente del Instituto de Previsión Social (IPS).
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Es muy importante poder explayarse en este momento en que la ciudadanía está muy expectante y en que desgraciadamente hay muchas noticias falsas, que distorsionan totalmente la realidad y hacen aumentar el pánico y el miedo en la sociedad.
¿Cuál es la situación sanitaria hoy en el país?
Yo no soy un epidemiólogo y hay gente mucho más preparada para hablar del tema epidemiológico, soy cirujano. Obviamente que, ante esa situación que ya lleva 10 a 12 meses, hace que todos nos preocupemos y estemos leyendo las noticias de nivel científico que hacen a esta situación, pero pensando bien y tranquilamente las cosas se hicieron muy bien al comienzo.
El problema no es solo sanitario, sino también económico, y a mi criterio Benigno López junto con sus colaboradores trazó una estrategia basada en lo que pregonaba John Maynard Keynes en los años 20, que decía que había que enfrentar las crisis con mayores gastos del Estado en obras públicas y otros para aumentar el empleo y hacer circular el dinero.
El problema que hizo fracasar a las estrategias fue la corrupción. En Salud no hay ninguna duda de que se hicieron bien las cosas desde el punto de vista estratégico y del planeamiento. El ministro infraevaluó la tarea que le esperaba y tal vez tuvo un poco de soberbia, porque desde el punto de vista médico él es capaz de acompañar estos planes, pero desde lo administrativo, fracasaron rotundamente él y su equipo.
Él podía haber llamado a Benigno López y pedirle cuatro o cinco de sus técnicos del Ministerio de Hacienda para que manejen las licitaciones, que eran vitales, pero dejaron en mano de segundos o terceros, quienes les fumaron la pipa al ministro, porque todo se fue al mazo.
¿Esto fue el detonante de la pérdida de credibilidad por parte de la ciudadanía?
Eso es algo parcial, porque así como la corrupción destruyó o entorpeció los planes de Salud, también hizo trizas los planes económicos a pesar de los grandes préstamos, porque si bien se invirtió más, hubo aumento de gasto público y aumentaron las obras públicas, que se ven por todas partes, sin embargo en cada una de esas cosas se ven focos de corrupción.
Hay casi 60 licitaciones ganadas por una misma empresa, donde está haciendo de “partner” un pariente del presidente. Las negociaciones de Petropar para pagarle a PDVSA o para pagarles a los argentinos US$ 7 millones, todo eso es corrupción.
Entonces no es que Salud perdió jerarquía ni autoridad en el manejo de la pandemia, sino que el pueblo se cansó, toda la ciudadanía está podrida de que nos manejen corruptos y eso hizo perder autoridad a cualquier medida. En este momento el presidente de Francia está a punto de iniciar el tercer confinamiento. Se discute, pero se respeta porque se respeta al Gobierno.
Pero andá a hacer un confinamiento hoy en Ciudad del Este, en Salto del Guairá o en Encarnación, le incendian el país. Perdieron totalmente autoridad para obligar. Es la corrupción que floreció y este Gobierno evidentemente está muy cerca de ser el más corrupto y si no lo es, lo parece.
Eso es lo que hace que la ciudadanía diga “qué me van a decir estos tipos, que no no me aglomere, que cierre mi negocio, cuando no tengo más ni qué comer y estos sinvergüenzas que debían estar en la plaza pública y fusilados”. Esos que intentaron robar en esta época de pandemia son traidores a la patria.
¿Cómo ve la proyección en el caso de la pandemia en el caso de nuestra capacidad para desplegar políticas públicas y sanitarias para revertir esta situación?
El presidente tendría que dar un zapatazo para cambiar la estrategia. Es un abúlico, parece estar ausente y no darse cuenta. Hoy estuvo haciendo loas a su Gobierno y a sus números, cuando que todo el mundo está mal. Hay mucho retraso, por ejemplo Bolivia tiene 15 millones de dosis, Ecuador y Chile son ejemplos y solo Perú y Paraguay están rezagados. Venezuela y Argentina ya están con las vacunas aseguradas por los rusos y nosotros seguimos patinando en el barro.
Con respecto al ministro de Salud, ¿usted considera que se lo debe cambiar?
Creo que no hay que cambiarlo a Mazzoleni. Está haciendo un buen trabajo y es una persona honesta, aunque falló en su soberbia para no pedir ayuda. Se rodeó de amigos en el ministerio cuando debió traer técnicos. Él está solo para el manejo administrativo, porque con esos dos (sus viceministros) no tiene que contar.