El director de Vigilancia de la Salud, doctor Guillermo Sequera, señaló que existe un 100% de ocupación de camas de terapia intensiva de Salud Pública en Asunción y Central a causa del COVID-19 luego de las fiestas de fin de año. Asimismo, manifestó que enero será muy complicado en cuanto a contagios y hospitalizaciones y su preocupación a causa de una nueva variante del virus que se encuentra en Brasil.
Sobre los más de 5.000 paraguayos que se trasladan a vacacionar al Brasil, señaló que el riesgo de contagio de coronavirus en las playas de Florianópolis o Caiobá no es diferente del que se corre en San Lorenzo, Capiatá o cualquier ciudad de Central. “El que no se cuida en las playas de Brasil es el mismo que no se cuida acá. El que se cuida allá es el mismo que se cuida acá”, afirmó Sequera.
Esta situación se da ante la masiva presencia de paraguayos que se trasladaron para vacacionar en las playas de Florianópolis, Bombinhas, Camboriú y Caiobá, lo que resulta una gran preocupación para las autoridades sanitarias que buscan la manera de controlar la vuelta de compatriotas ante el riesgo de contagios masivos por COVID-19 y la nueva cepa del virus que circula en el vecino país.
Sequera manifestó que preocupa la nueva variante brasileña del COVID-19, en tanto que Salud Pública aguarda información oficial sobre la veracidad de que la cepa es realmente más contagiosa o más grave al contagiar a una persona. En ese sentido se refirió que la ciudad brasileña de Manaos registra una alarmante cifra de infectados que causó el colapso hospitalario en esta zona del Brasil.
“Manaos es uno de los territorios de Brasil que tuvo una de las olas más importantes durante el año pasado. Casi el 60% tuvo COVID-19. Es uno de los estados con mayor mortalidad, hoy está teniendo también ese ritmo. Es muy raro que ocurra en un territorio donde mucha gente ya pasó la enfermedad. Aparentemente es la mutación que hace que el cuerpo no reconozca el nuevo virus”, afirmó Sequera.
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Sin embargo, lamentó que existe un 10% de paraguayos que llega del extranjero, se realiza el test y da positivo al coronavirus. Advirtió que para evitar contagios, lo ideal sería que cada persona que vuelve al país desde el exterior haga una cuarentena domiciliaria de 10 días, en caso de no realizarse la prueba, aun no presentando síntomas del COVID-19.
“Nuestro gran cuello de botella es controlar que las personas se hagan el test. Estamos trabajando con Migraciones y con informáticos para tener el ingreso al país y que esa persona que llegó se haga la prueba en las siguientes 24 horas o 48 horas. Eso es lo que tratamos de lograr con los informáticos”, expresó Sequera en contacto con el canal GEN.
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Indicó que cuando uno se traslada en automóvil es muy difícil que se contagie en el vehículo, sino antes de embarcar o existe una persona del núcleo de viaje que ya esté infectada. Aseveró que también resulta complicado contagiarse al viajar en avión desde otro país al Paraguay, ya que los vuelos tienen estrictos protocolos que minimizan los riesgos de contagio.
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Por último, señaló que el núcleo son las personas con las que uno pasa al menos más de 8 horas al día, un grupo de personas con las que compartís la casa o un establecimiento laboral. “Por más que todos usen tapabocas todo el día, si uno cae ahí, caen todos. Es un grupo de personas con las que vos estás encerrado compartiendo el lugar”, advirtió Sequera.