¿Tenemos el último número en la fila? En la carrera contrarreloj para fabricar la vacuna contra el nuevo coronavirus varios países, los más adelantados, lucharon codo a codo y sacaron un fármaco en tiempo récord. A la par había otra carrera para asegurar acceder al medicamento lo antes posible, incluso, a pesar de ser un país con pocos recursos, sobre todo frente a Brasil, Estados Unidos, Francia y muchos otros.

Este proceso surgió al poco tiempo de iniciarse la pandemia y anunciarse el desafío de crear una vacuna anti-COVID-19. Varios países se apresuraron a sacar número para ser los primeros en recibirla y así garantizar en el menor plazo posible la salud y el bienestar de sus pobladores. Lastimosamente, y según declaraciones de nuestras propias autoridades, Paraguay es la excepción.

Salud Pública sigue “negociando” con 5 laboratorios la provisión de las anheladas vacunas, más allá del debate si serán o no aceptadas por toda la población, en qué condiciones se hará la inmunización o a cuántas personas llegarán.

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Esta realidad fue abordada hoy por el exministro de Salud, Antonio Arbo, quien señaló que hay mucha ineficiencia de las autoridades para la compra de las vacunas y subrayó que varios países vecinos ya están adquiriéndolas e incluso aplicándolas, mientras que en Paraguay todavía no se tiene fecha de llegada de las dosis.

“Se tiene una diseminación pública de la información. Sabemos que existen esas vacunas, lo que no sabemos hasta qué punto se hicieron los movimientos, la semana anterior decían mayo o junio”, agregó Arbo.

De acuerdo a Salud Pública, las vacunas estarían disponibles en el 2021 y se dirigirían a los trabajadores de la salud, personas de 60 años o más, personas de 18 a 59 años con enfermedad de base que predispone a formas graves del virus. Para tranquilidad de la población, señala que ya se realizó un pago inicial del 15% (6,8 millones de dólares) al mecanismo COVAX para asegurar el acceso.

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“Paraguay fue prudente porque no estamos en condiciones de tomar el riesgo que han tomado otros. Más allá de que todos los países están en el mismo proceso y varios han anunciado, el suministro va a ser muy reducido al principio. Si yo te dijera que vamos a tener 6 millones, a la hora de la verdad, en los primeros tiempos, los suministros van a ser pequeños”, expresó el ministro Julio Mazzoleni hace unos días.

La situación es una bomba de tiempo para las autoridades sanitarias, pues si la mayoría de los países ya está recibiendo y aplicando las vacunas actualmente, para los paraguayos esperar a mayo o junio será eterno.

Actualmente, ya hay descontento en las redes y se está haciendo alusión al caso Chile y Argentina, países muy cercanos a Paraguay, que si bien viven una situación pandémica peor, ya están en proceso de vacunación.

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La situación es incierta en nuestro país, al igual que durante toda la pandemia. Salud Pública fue una de las carteras con peor comunicación del gobierno de Mario Abdo Benítez, prueba de ello son los anuncios que tuvieron que dejarse sin efecto por la falta de claridad de los mismos.

A esto se suma que la cartera sanitaria cuenta con los fondos de la Ley de Emergencia para adquirir los insumos en el marco de la pandemia, pero que sin embargo no supo administrarlos y la mayor cantidad de recursos fueron destinados solamente al pago de salarios y gratificaciones, y no así a la compra de medicamentos y equipamientos para los hospitales.

El senador Amado Florentín, presidente de la Comisión Bicameral del Congreso para el control de los recursos previstos en la Ley de Emergencia, había afirmado que “las compras del Ministerio de Salud fueron un fracaso total” y agregado que tras 5 meses hay licitaciones que aún no fueron adjudicadas.

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La esperanza sería que las vacunas sean importadas por el sector privado. Al ser consultado al respecto, el ministro Mazzoleni había señalado que “no habrá ninguna restricción para ello”.