Como muchos paraguayos que buscan salir adelante, la joven estudiante Génesis Melo decidió emprender un largo viaje hasta el viejo continente para estudiar y al mismo tiempo trabajar para poder costear sus gastos. Además de ayudar a su madre que está enferma.

La historia de Génesis, una joven de Asunción, comienza hace tres años cuando su madre se enfermó, motivo por el cual se vio en la obligación de salir a buscar trabajo, pero a nivel país es muy difícil conseguir un buen empleo como para mantenerse ella y su madre. Ante esta imperante necesidad, tuvo que dejar de estudiar la carrera de Nutrición.

“Mi mamá está enferma, tiene 67 años, toma al menos tres remedios diarios para su presión. Además tiene osteoporosis. A nivel país solo conseguía trabajos que pagaban sueldo mínimo, que no nos alcanzaría para sobrevivir”, explicó Génesis en contacto con La Nación.

“Mi plan era imposible en Paraguay, pese a hablar varios idiomas, castellano, inglés, portugués y francés”, reiteró y manifestó que logró contactar con uno de sus mejores amigos que vivía en Francia, Emilio Meza, quien le comentó que se iba a casar y se iba a vivir a Bélgica y que iba a dejar su trabajo.

“Él me recomendó que viaje para estudiar y culminar mi carrera de Nutrición. Además, que se da muchas facilidades a los estudiantes para que puedan trabajar. Podés trabajar, estudiar, ayudarle a tu familia y al mismo tiempo te da tiempo para ir a recorrer y conocer el continente”, afirmó.

Viajó por una mejor calidad de vida y culminar sus estudios. Foto: Gentileza.

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Un viaje hasta París

Génesis, con ayuda de su amigo, logró llegar a París para trabajar en el puesto que dejaría Emilio y además también podría quedarse en el mismo departamento que ellos compartían. “Cuando ya vine a vivir aquí yo hacía extras y ya entregué mi currículum para el puesto. Cuando él se mudó a Bélgica, yo me quedé con el trabajo y con el departamento, donde vivimos seis meses juntos”, contó.

Resaltó que trabajó en ese restaurante durante dos años hasta que hace tres meses fue despedida por motivos de la pandemia del COVID-19. “Luego de eso no sabía qué hacer, porque el lugar donde estudiaba francés para poder acceder a los estudios universitarios se exige un nivel de francés, pero las clases fueron suspendidas totalmente por acá. Solo pude estudiar un año y tres meses”, mencionó.

Todo se truncó

Ante todo este sistema de mala racha por la que pasó, la joven perdió todas las posibilidades de estudiar, además de la inversión millonaria que hizo para poder llegar donde está para tener que volver. “Fue mucho lo que perdí porque para viajar con visa de estudiante uno debe pagar el año por adelantado y fue un gasto enorme para mí”, indicó.

Dijo que por un mes pasó por una crisis de estrés, ya que se estaba quedando sin fondos para mantenerse e inclusive para volver. “No podía volver a Paraguay sin cumplir mi meta”, resaltó y agregó que fue imposible conseguir nuevamente trabajo, ya que todo permanecía cerrado.

Empezó preparando empanadas. Foto: Gentileza.

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Luz de esperanza

“Hasta que un día una amiga me pidió que le prepare unas empanadas para un cumpleaños, sería para un grupo pequeño de personas. Entonces le hice las empanadas y a las personas que asistieron les gustó mucho. Me animaron a hacer para vender”, manifestó.

Ante este pedido de hacer sus productos alimenticios para vender, ella decidió contactar con sus amigos y familias de Paraguay, a quienes le hizo una encuesta sobre su sazón, a la que todos respondieron que cocina muy rico. “Ellos me animaron más. Entonces decidí meterme a todos los grupos de gastronomías, de paraguayos en París, peruanos, colombianos y muchos otros grupos de personas que están en París y empecé a compartir mis productos”, señaló.

Resaltó que fue muy aceptada por todos y tiene una clientela bien formada que no solo está integrada por compatriotas que están en el viejo continente, sino también por peruanos, franceses, colombianos. “Una vez más fue Emilio quien le ayudó para la compra de los ingredientes para empezar con su primera producción de empanadas. A la gente le gusta mucho las empanadas y siempre compra, todos los clientes vuelven a comprar. Lo hago con mucho esfuerzo y cariño para mantener a los clientes”, dijo.

Uno de los favoritos es la chipa. Foto: Gentileza.

Todo con el sabor de Paraguay

Génesis explicó que encontró distintas distribuidoras que cuentan con todos los ingredientes procedente de Paraguay. “Encontré distintos lugares donde se vende 95% de los productos paraguayos, al menos los ingredientes principales. Busco que el sabor sea auténtico de nuestro país”, agregó.

Sostuvo que cuenta con un menú en el que ofrece varios productos como sopa, chipa, sopa so’o, chipa so’o y cualquier platillo que le pidan. Hay que destacar que uno de los padres de Génesis es de Brasil y también ofrece dulces con toque brasileño.

Génesis, junto con uno de sus amigos que la ayuda en el emprendimiento. Foto: Gentileza.

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Local gastronómico

Tanto Génesis como Emilio perdieron sus trabajos con la pandemia, por lo que al ver que a ella le iba muy bien, invitó a su amigo que incursione en la gastronomía en Bélgica. Por lo que decidieron juntarse y crearon un perfil en Instagram donde venden sus productos en carácter de sociedad, al cual bautizaron como ChezBeliers, que significa la Casa de los Aries en francés.

“Si todo va bien, estamos con la intención de abrir un restaurante paraguayo con nuestra comida acá. Yo quiero que Paraguay se conozca, porque somos un país muy lindo, diferente, único y especial. Parte de eso es que todos los paraguayos que estamos fuera lo hagamos grande”, puntualizó.

Aseguró que está muy contenta de ser conocida haciendo algo que le gusta y tan nuestro como es la comida paraguaya y que esta sea tan aceptada por todos. “Es un orgullo y una alegría muy grande que podamos encontrarnos con otros compatriotas y disfrutar de la comida paraguaya”, sostuvo.

Para finalizar, Génesis agradeció a todas aquellas personas que la ayudaron desde el día uno para lograr sus metas, a sus familiares, amigos tanto de Paraguay como los de Francia. Así también, a todas aquellas personas que la ayudaron con la compra de sus productos para que no abandone sus sueños de seguir estudiando.

Espera abrir un local gastronómico en Francia. Foto: Gentileza.

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