Francisco de Paula Oliva, más conocido como “Pa’i Oliva”, de 92 años, es una de las figuras más respetables en los suburbios, como lo es el Bañado Sur, pero al mismo tiempo es una persona muy querida por las familias del humilde barrio ribereño, donde trabajó desde los tiempos en el que llegó a Paraguay, tanto en su labor misional religioso como en los Derechos Humanos y las causas sociales.
De carácter fuerte, pero muy humilde, el Pa’i Oliva es un apasionado por los medios de comunicación, no por afición sino por convicción, ya que afirmaba que es la forma en que se envía el mensaje a la sociedad sobre lo que es la justicia social. Fue locutor en radios comunitarias y emisoras católicas, fue así que creó el Departamento de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica (UC) de Asunción.
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“Padre de los Bañadenses”
Realizó varios programas en las radiodifusoras Cáritas y Ñanduti, así como intervenciones en la televisión nacional. En junio de 1969 juró como ciudadano paraguayo. El “Padre de los Bañadenses”, como también se lo conoce al Pa’i Oliva, nació en Sevilla, España, un 14 de octubre de 1928. En 1946 se ordena como jesuita en la Congregación Jesuita o Compañía de Jesús por la característica de esta orden religiosa que busca servir al prójimo a través de la búsqueda de la salvación y la perfección, y tiene un vínculo estrecho con el papa Francisco por la vocación de servicio.
El jesuita español llegó a Paraguay en abril de 1964, fue enviado al Colegio Cristo Rey, de los jesuitas del Paraguay, a orientar a los jóvenes. También formó a estudiantes del Colegio Nacional de la Capital (CNC), Nacional de Niñas (hoy Colegio Nacional Asunción Escalada), el Goethe, entre otras instituciones educativas.
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Perseguido y exiliado por la dictadura
Por sus ideas de justicia social y su denuncia contra los frecuentes atropellos de militares en la época del dictador Alfredo Stroessner fue perseguido y exiliado. En octubre de 1969 casi fue arrojado al río Paraguay, pero se salvó gracias al aviso de uno de sus exalumnos. Fue expulsado del país por orden del dictador por 27 largos años, fue a vivir y trabajar a Argentina, Nicaragua, Ecuador y, finalmente, volvió a su España natal, donde se volvió a dedicar a los jóvenes durante los últimos 10 años de dictadura en Paraguay.
En 1996, Oliva volvió a Paraguay, a trabajar en el Bañado Sur, Cristo Rey, Grupo de San José Obrero, Mil Solidarios, Radio Caritas y Radio UNO. Fue uno de los que acompañaron a los jóvenes del “Marzo Paraguayo”, durante la crisis política acaecida hacia finales de marzo del año 1999, por causa del asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña.
A pesar de sus años, el Pa’i Oliva siempre se caracterizó por espíritu y sus ideales de un mundo mejor, son como los de un muchacho de 18 años. El jesuita promueve la justicia social y acompañó luchas de las reinvindicaciones de los sectores más desprotegidos de la sociedad. Es creador del Parlamento Joven y Vicario en la Parroquia Cristo Solidario del Bañado Sur. Es también director de la asociación “Mil Solidarios” y Radio Solidaridad, condujo programas en Radio Fe y Alegría y escribió artículos en un diario local.
“Quiero morir en mi casa”
El Pa’i Oliva a través de una carta solicitó volver a su casa del Bañado Sur, donde desea vivir sus últimos días de vida. “No le temo a la muerte. Sé que es inminente. Pero quiero ir a morir en mi casa”, expresó Oliva quien se encuentra en un delicado cuadro de salud desde hace unos meses y está siendo atendido en Taita Róga de la Congregación Jesuita, en Asunción.
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