Los comerciantes de la ciudad de Caacupé, departamento de Cordillera, lamentan la decisión tomada por el Gobierno de cerrar los negocios no esenciales desde el 4 de diciembre por la festividad de la virgen, buscando evitar la concurrencia de los feligreses y un contagio masivo con el COVID-19.
“Tomamos con tristeza la decisión, no podemos hacer nada, pero si no trabajamos un día no vendemos y hacen esto en la parte más importante del año, donde hay mayor movimiento”, señaló Angélica Bedoya, comerciante de Caacupé, en comunicación con la 1020 AM.
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Sostuvo que los comerciantes de la zona están abriendo todavía sus locales, pero desde el inicio de la pandemia del COVID-19 la venta disminuyó considerablemente y tenía la esperanza de que mejore la situación por la festividad de la virgen, pero no podrán abrir por la decisión del Gobierno.
Bedoya indicó que la determinación afectará económicamente a los comerciantes de la zona y lamentó que las autoridades nunca se hayan acercado a ellos para establecer una mesa de diálogo a fin de buscar una solución y nadie salga perjudicado.
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“Nadie se acercó para hablar con nosotros, no somos nada lastimosamente, nadie se preocupa por nosotros. Viene la gente a Caacupé, pero no como antes. Yo estoy en frente mismo a la Basílica y me va afectar el cierre”, agregó la comerciante.
De acuerdo con las disposiciones establecidas para la villa serrana, todos los negocios no esenciales y ubicados en un perímetro de tres cuadras a la redonda de la Basílica serán cerrados del 4 al 9 de diciembre. Las plazas también estarán cerradas, se limitará la circulación y las misas serán a puertas cerradas desde este fin de semana. Tampoco se descartan más restricciones o ampliar el periodo a fin de evitar un contagio masivo con el COVID-19.
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