En el país, los niños, niñas y adolescentes menores de 19 años representan 7 de cada 100 casos positivos registrados por el COVID-19 y, aunque sus síntomas suelen ser leves, la pandemia ha tenido un impacto secundario importante en esta población, según los resultados preliminares de un estudio presentado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Los resultados coinciden con estudios regionales recientemente difundidos por Unicef y otras agencias internacionales. El informe señala que los niños, niñas y adolescentes menores de 20 años representaban una de cada 9 infecciones por COVID-19 en 87 países con datos desglosados por edad; o sea, el 11% de los 25,7 millones de infecciones notificadas por esos países.

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Educación no presencial

El estudio “La vulnerabilidad ante la pandemia: efectos del COVID-19 en la situación de la infancia y la adolescencia en Paraguay”, desarrollado junto con el Instituto de Ciencias Sociales (ICSO), cuyos resultados preliminares han sido presentados en conmemoración del Día Mundial del Niño (20 de noviembre), señala que durante la pandemia se intensificó un proceso de vulneración de los derechos de la población infantil y adolescente.

Esta problemática se ratificó especialmente en territorios socialmente desprotegidos, donde las familias fueron afectadas por la caída estrepitosa o incluso la desaparición de sus ingresos debido a la elevada informalidad y a la condición de contacto personal vinculado a sus puestos de trabajo, poniendo en riesgo incluso la cobertura de las necesidades básicas y aspectos fundamentales como una adecuada nutrición.

Al tomar datos de la “Encuesta permanente de hogares continua” entre el cuarto trimestre del 2019 y el segundo trimestre del 2020, de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), se aprecia que el cierre de las escuelas y la adopción de la modalidad de educación no presencial pudieron haber incidido en la reducción de la proporción del total de la población adolescente inactiva que declaraba no buscar trabajo por tener que cumplir con sus obligaciones educativas.

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Inactividad laboral

Durante el mencionado intervalo, la participación de los adolescentes inactivos que alegan la condición estudiantil como razón de inactividad laboral se redujo de 67,7% a 45%, lo que podría indicar un efecto de desaliento de las medidas de confinamiento sobre la manutención de la condición estudiantil durante la pandemia. De igual modo, entre la población adolescente inactiva se elevó significativamente la participación de aquellos que justifican su condición mediante la afirmación de que no cree hallar trabajo (desde el 13,2% al 42,8%).

El informe también habla del impacto del confinamiento en la convivencia en los hogares, ya que el estudio de percepción “Encuesta de conocimientos y actitudes sobre COVID-19” indica que el 17% de los consultados cree que las situaciones de violencia familiar aumentaron durante la pandemia.

El material resalta el aumento de las restricciones económicas de las familias con niños, niñas y adolescentes, los déficits de transmisión de conocimiento resultantes de las distintas realidades vinculadas a la adopción de la enseñanza a distancia, así como el aumento de los casos de violencia contra la niñez, efectos generados por la pandemia del COVID-19 con impactos directos sobre el pleno ejercicio de los derechos de la población infantil y adolescente.

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