La pandemia del COVID-19 vino a reconvertir todo lo que se tenía planificado en el marco sanitario, para otro año más de lucha contra las diferentes enfermedades que afectan a la humanidad. En el plano local se realizaron millonarios préstamos para reforzar un pobre sistema de salud para enfrentar a un virus desconocido.
Asimismo, en el sector privado se efectuaron incursiones nunca antes pensadas y se invirtió millones de dólares para recibir a pacientes con el nuevo coronavirus.
Un movimiento logístico sin precedentes se dio en el ámbito sanitario con la llegada de maquinarias, insumos y demás elementos que hacen a la lucha frontal contra la enfermedad. El equipamiento de hospitales públicos y privados para responder ante el creciente número de enfermos fue sin dudas un desafío para el que nadie estaba preparado.
Una vez listos para afrontar la lucha contra esta enfermedad, ya solo restaba esperar la respuesta y desempeño del personal de blanco, al cual se le exprimió hasta lo último con la incesante llegada de pacientes graves y otros no tan graves por las consecuencias generadas por el COVID-19.
En ese sentido, siempre se habló de cuánto costó el equipamiento de hospitales y capacitación a personal para responder a la pandemia, pero nunca de cuánto en realidad cuesta el tratamiento para cada paciente.
Si bien, el sector público cubre completamente (o al menos debería cubrir) a sus pacientes lo referente a los costos por tratamientos de la enfermedad, en la sanidad privada es otra la historia. Sanatorios y hospitales privados de la capital y de otras zonas del país llevaron adelante igualmente esfuerzos incalculables para poder ofrecer atenciones de primer nivel a los pacientes con esta enfermedad.
Asegurados en diferentes servicios de salud privada, al padecer de este virus, acudieron a las empresas con las que ya tenían contratos previos para atenciones médicas. Esto también atendiendo que el servicio público de salud se encuentra abarrotado, con camas de terapia intensiva agotadas. En ese sentido, surgió la interrogante de cuánto cuesta luchar contra el COVID-19 en el sector privado.
Desde La Nación nos comunicamos con la Asociación Paraguaya de Sanatorios y Hospitales Privados, desde donde su secretaria general, la Sra. Isabel Chaparro, nos ayudó a visualizar en números estimativos el costo monetario de la atención a pacientes contagiados con el virus en recintos privados de salud.
Presupuesto estimativo
Para tener un parámetro fijo, nos fijamos en un presupuesto sanatorial de terapia para un (1) paciente con COVID-19. Entre la descripción de los servicios, la pensión Terapia Intensiva tiene un costo de G. 990.000.
Los honorarios médicos se establecen en G. 2.385.000, así como los procedimientos de ingreso a la terapia tienen un costo de G. 2.760.000.
Los exámenes en laboratorio, en lo que se refiere a las diferentes tomas de muestras para el test del COVID-19, llevan un costo de G. 1.400.000.
El oxígeno, el cual se imparte las 24 horas del día en los respiradores, tiene un valor de G. 1.752.000.
Entre los últimos ítems, y los más importantes, se tienen los medicamentos con un costo de G. 9.000.000, entre los que por ejemplo se encuentra el Remdesivir, uno de los más caros, pero que es utilizado como último recurso con pacientes graves.
Al final se tiene al ítem de materiales descartables, que incluyen los equipos, instrumentales y materiales específicos propios de la especialidad bajo un monto de G. 6.000.000.
Este presupuesto arroja un subtotal final de G. 24.267.000, que costaría el tratamiento individual de un paciente por COVID-19. Obviamente se hace la salvedad de que este presupuesto podría variar según la gravedad en que se encuentra el infectado.
Dado que este presupuesto de G. 24.267.000 se ajusta a un período de 15 días de tratamiento, se puede estimar que a cada paciente le cuesta la cifra de G. 1.617.800 por cada día que pasa en terapia a raíz del contagio de la enfermedad.
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Y en el sector público, ¿cuánto cuesta?
A poco más de 8 meses de haberse confirmado el primer caso positivo de COVID-19 en Paraguay, ya se puede hablar de cuánto cuesta al día un paciente internado en el sistema público, o al menos mostrar un costo aproximado.
La internación en sala común es de G. 3 millones por día aproximadamente, en tanto que el costo en UTI (Unidad de Terapia Intensiva) trepa a G. 15 millones diarios.
Es por eso que para hablar del costo que tiene cada paciente con COVID-19 al Estado y a la familia tiene que asumir un caso de esta naturaleza, se consultó al director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram), Dr. Felipe González, quien también comentó acerca del nivel de ocupación actual de camas en dicho centro de referencia.
“El nivel de ocupación ha sido siempre muy elevado. Al ser un centro de referencia, siempre está en torno al 85% en este momento en el área de urgencias y terapia intensiva, porque tenemos cuatro bloques de UTI, el resto está con una ocupación del 100% todavía”, comentó en comunicación con Universo 970 AM.
Indicó que un paciente de cuidados intensivos de la complejidad de los casos COVID-19 orilla aproximadamente los G. 15 millones diarios. “Si a eso le ponemos los costos de inversión, lógicamente el Estado hizo una inversión bastante importante para atender a estos pacientes inicialmente”, expresó.
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