Viviana Orrego (viviana.orrego@gruponacion.com.py)
La pandemia del COVID-19 y el sistema educativo con sus precariedades para hacer frente a la “virtualidad” dejan como saldo estudiantes decepcionados, frustrados, cansados y estresados por la precariedad en la que se desarrollaron los contenidos. En el Día Internacional del Estudiante, los jóvenes paraguayos con los ánimos por el piso afirman que el sistema educativo impuso la entrega de tareas a toda costa sin importar si se aprende o no.
Hoy, 17 de noviembre, se conmemora el “Día Internacional del Estudiante” instaurado por el Consejo Mundial de Estudiantes para recordar aquellas luchas de los jóvenes –principalmente los cursantes de la Educación Básica y Media– por conseguir una educación libre y gratuita. En este 2020, que fue afectado por la pandemia y con ello cesaron las clases en los colegios, los estudiantes paraguayos afirman que no aprendieron nada y que no hay nada que festejar.
“El estudiante paraguayo se siente muy decepcionado por el fracaso de este año lectivo. Muchos de los estudiantes se van a graduar sin siquiera conocer los conceptos básicos de algunas de las materias o contenidos. Fue un fracaso este año y todos los estudiantes nos sentimos decepcionados por cómo no se luchó, por cómo no se trabajó en paliar esta crisis educativa que vivimos este año en el que se dejó todo a la improvisación”, indicó Jesús Adolfo Etcheverry Sosa, estudiante del 3° de la Media del Colegio Nacional José P. Guggiari de Asunción, al ser consultado por La Nación cómo se siente el estudiante en medio de la pandemia.
El estudiante paraguayo enfrentó la pandemia con miles de retos, uno de ellos –en el plano educativo– tuvo que acoplarse a una educación “virtual”; es decir, entregar los trabajos a toda costa sin importar si aprendía o no en este proceso. Mientras otros, por la crisis económica que también se vivió durante tiempos de COVID-19, tuvieron que desertar del sistema educativo para trabajar y apoyar o sustentar a sus familias.
“No aprendí nada”
“Muchos jóvenes estudiantes tuvieron que dejar de lado los estudios y trabajar para dar sustento a sus familias. En la parte de desarrollo de contenidos, ya no se proponían aprender, más bien por el nivel de decepción solo se preocupaban por entregar los trabajos. Eso comentan los docentes. Esto mismo fomentaba el sistema educativo este año, entregar las lecciones a toda costa, no importa si aprendiste o no. Yo no aprendí nada este año y al igual que muchos vamos a graduarnos sin haber aprendido nada en este último peldaño del nivel medio”, lamentó Etcheverry, quien también es vocero nacional de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes).
Desde la Fenaes exigen al Estado en este Día Internacional del Estudiante mayor inversión al sistema educativo, para que mediante esto se puedan poner en condiciones las infraestructuras escolares y para que el próximo año puedan encontrarse con los colegios mejor adecuados y no con las mismas precariedades. Exigen que el resto de este año lectivo las autoridades se concentren en mejorar la educación.
"No estamos preparados para pasar de curso”
“Ni siquiera los propios maestros están capacitados para usar correctamente los sistemas de evaluación en el área virtual o aunque sea una computadora. No se logró el proceso de enseñanza-aprendizaje, no estamos preparados para “pasar de curso” y mucho menos para terminar el colegio para los chicos del último año”, indicó, por su parte, Javier Ramírez Sosa, estudiante del 2° curso del bachiller en Ciencias Sociales del Colegio San Martín.
Cansancio, estrés, ansiedad, tristeza y decepción son los sentimientos que acumularon durante todo el año los estudiantes del sistema educativo, al ver que con el paso de los semestres y desarrollo de contenidos iba transcurriendo el año y que ahora finaliza sin haber aprendido lo suficiente.
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“Realmente, estamos más que cansados, terminamos estresados, ansiosos, tristes y muy decepcionados de nuestras autoridades al no comprender nuestra situación y peor aún, nos ningunearon diciendo que la educación seguía de pie cuando todos somos conscientes de que la educación paraguaya, incluso antes de la pandemia del COVID-19, ya estaba por el piso”, expresó el estudiante.
“Me siento frustrada”
Araceli Rolón, estudiante del 1er. año del Colegio Técnico Nacional (CTN) aplicó a las pruebas de admisión este año e ilusionada con la educación técnica en electromecánica inició el bachillerato, pero cuando vino la pandemia sus ilusiones se vinieron abajo.
“Me siento muy frustrada, yo como estudiante de 1er. año, ingresé al CTN para recibir una buena educación y aunque mis profesores dieron todo de sí mismos para cumplir con ello, la virtualidad nos complicó demasiado en vez de favorecernos. Lastimosamente, no pudimos realizar ningún tipo de prácticas, ya que no nos brindaron respuestas, incluso desde nuestro colegio los profesores presentaron un proyecto para que eso sea posible, pero al parecer no les importó (al MEC)”, refirió Rolón.
La joven estudiante afirmó que con la implementación de la “virtualidad” tropezaron con inconvenientes como la burocracia del Ministerio de Educación, la falta de una buena conectividad de internet, el mal funcionamiento de las plataformas que les brindaron para paliar la situación, entre otros.
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