Desde la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) aseguran que la iglesia busca cuidar a todos aquellos que deseen ir a pagar sus promesas en la Basílica de Caacupé, por eso preparan un protocolo sanitario que no significa que están promocionando la ida al santuario mariano, aseguró el monseñor Amancio Benítez, obispo de Benjamín Aceval, durante la conferencia de prensa realizada tras el primer día de la Asamblea N° 227 de Obispos del Paraguay.
Ante la preocupación de los médicos por la festividad que se inicia el próximo 27 de noviembre con el novenario a la virgen y cierra el 8 de diciembre con la celebración eucarística, de la que normalmente participan miles de devotos, promeseros y turistas, Benítez señaló lo siguiente:
“A los que se van se les quiere cuidar y se les hace un protocolo, no es que nosotros promocionamos que la gente se vaya a Caacupé, al contrario, estamos queriendo que la gente no se ilusione demasiado y que por este año las promesas queden retrasadas porque tenemos que ir despacio para que la gente no se aglomere en este mes de noviembre y diciembre, que puedan también retrasar su promesa y pagar durante el 2021, todo esto es nuestra recomendación”.
El monseñor sostuvo que el temor de que se disparen los casos de COVID-19 en todo el territorio nacional es bien fundado, atendiendo a que el sector de blanco se encuentra cansado, pero que la iglesia no puede atajar la fe y religiosidad de la gente.
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“El temor es bien fundado, ellos –médicos– han trabajado bastante, están cansados y nuestro sistema de salud no es el más adecuado para arriesgarnos. De hecho en esta Asamblea vamos a tratar este tema y estamos también observando la idea que comprendemos y acompañamos al señor Ricardo –monseñor Valenzuela- lo hemos escuchado también en el consejo”, aseguró Benítez.
Si bien, reconoció que el sistema de salud no se adecua para la situación y que la población no puede arriesgarse a un contagio masivo, insistió en que no se puede atajar a la gente que quiere ir a Caacupé. Aunque ellos insistan en no acudir al recinto de la virgen, si el Gobierno a través del Ministerio de Salud no decretó cuarentena total y se habilitaron varias otras actividades, no se puede solamente suspender el ir a la capital de la fe, manifestó.
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“El tema no es fácil, es imposible atajar a la gente y lo que más se va recomendar es que la gente no acuda. Es casi imposible atajar, por eso es que se hace un protocolo porque si no se hace esto va ser un sarambi, es decir, un desastre, un desorden y para ordenar principalmente a los peregrinos porque si el gobierno o el Ministerio de Salud no decreta una cuarentena del paro total, de quedarte en casa, la gente va salir y es imposible atajar”, insistió el obispo de Benjamín Aceval y vocero de la CEP.
Agregó que una vez que se diga a la población que puede acudir al trabajo, viajar, juntarse de a 100 familias y es importante que se cuide, ya no se puede restringir la festividad mariana. Manifestó que la CEP comprende al obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, que quiere cuidar a la gente mediante la confección del protocolo sanitario.
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