La defensora ambiental de la comunidad Qom, Bernarda Pesoa, denunció ser agredida por oponerse a la plantación de eucalipto en la zona. Acusa como sus agresores a personas que apoyan el proyecto que pertenecería a la Fundación Paraguaya. Ocurrió en la ciudad de Benjamín Aceval, departamento de Presidente Hayes, esta mañana. En el sitio intervinieron policías de la comisaría zonal.
La mujer rechaza la plantación debido a que se anularían los árboles que pertenecen a la comunidad. Manifestó que en caso de concretarse el monocultio de eucalipto llevará consecuencias negativas para la mayor parte de la comunidad. La Fundación Paraguaya pertenece al exintendente de Asunción, Martín Burt.
“Nos oponemos a la plantación de eucalipto porque en el Chaco no tenemos mucha agua, tenemos nuestros pozos artesianos, nuestras plantas frutales y va a dañar mucho el medio ambiente. El eucalipto no vamos a comer. Son un negocio más. Nos oponemos porque somos defensoras ambientales y solo será para beneficio de 40 familias, no para toda la comunidad”, expresó Pesoa.
Lamentan que no consultaron a toda la comunidad indígena antes de intentar plantar los eucaliptos esta mañana. Indicó que su idea era cercar la propiedad sin tener en cuenta derechos ambientales. Pesoa señaló a que esta situación enfrenta a los integrantes de la comunidad que son manipulados por la organización, específicamente dos líderes de la comunidad Qom San Francisco de Asís.
“Vinieron a plantar los plantines. Me fui a hablar con los funcionarios de la Fundación Paraguaya y me dijeron que hablaron con los demás líderes. Les dije que no iba a permitir que planten. Después vinieron a atacarme los líderes de la comunidad llamada San Francisco. La docente de esa comunidad me atacó. Ella se llama Eliza Domínguez. Son indígenas, pero son pagados por la Fundación Paraguaya”, afirmó Pesoa, en contacto con La Nación.
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La mujer señaló que además preocupa que el monocultivo de eucalipto pueda dañar el ecosistema. Acusan que luego cortaron la provisión de agua potable por oponerse a la plantación, por orden de Manuel Domínguez y Alfonso Benítez, los dos líderes en particular que apoyan la iniciativa de la organización.
“Ahora cortaron nuestra cañería para que no tengamos agua porque no permitimos el cultivo. Ellos negociaron la tierra nuestra con la Fundación Paraguaya, pero el título ellos no tienen. No quieren entender que esta comunidad y tierra son colectivas. Nosotros hacemos nuestra propia gestión para que la comunidad tenga vivienda digna, no pase hambre y tenga su propio proyecto para autoconsumo", afirmó.
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