La semana pasada la joven Lissandry Ayala Montiel había acaparado las redes sociales y los medios de comunicación, ya que pasó por un reconocido centro de belleza de Ciudad del Este, utilizó varios servicios de la casa y salió sin pagar. La joven dijo que su novio abonaría los más de 12 millones de guaraníes que costó su paso por el centro de belleza. Al no darse el pago, fue denunciada y posteriormente imputada.
La joven fue escrachada en las redes sociales con todo tipo de comentarios e incluso insultos. Pero sus familiares salieron al paso y declararon que Lissandry es paciente psiquiátrica y probablemente por eso haya actuado de esa manera.
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Luego de haberse generado toda una polémica entorno al caso, apareció, Narciso Alfonso Bareiro Gavilán, quien se convirtió en su ángel de la guarda. El muchacho la buscó vía Facebook para brindarle su apoyo, obsequiándole un cambio de look completo por el día de su cumpleaños.
En una entrevista exclusiva con LN, Bareiro relató que tomó la iniciativa debido a que se sintió identificado con la joven, pues hace algunos meses él había superado un profundo estado de depresión y sabía lo que Lisandry estaba pasando.
Narciso Bareiro es un talentoso joven de 30 años, que a pesar que contar con un trabajo estable, un emprendimiento propio, un título universitario, y en camino el segundo, hace algún tiempo se vio atrapado en un estado de depresión. Pero logró superarlo gracias al apoyo incondicional de su familia.
Considerando por todo lo que el había pasado y lo difícil que se tornan las cosas sin el acompañamiento de los seres queridos, impulsó el regalo para brindarle su ayuda y no solo con un cambió de look físico, sino también emocional. Gracias a él, ahora Lissandry se encuentra en pleno tratamiento psicológico con un profesional. El objetivo es que ella vuelva a encaminar su vida y cumplir sus sueños, como toda chica de su edad.
Por último, Narciso quiso dejar un mensaje a todas las personas y expresó: “Antes de prejuzgar debemos conocer a la persona. Hablo desde mi propia experiencia. Nuestra personalidad se va formando de acuerdo a lo que hemos vivido en la niñez, adolescencia y juventud, y nadie es perfecto para estar juzgando los actos de los demás”, indicó.
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Continuó diciendo: “Aprendamos a ser empáticos para que el mundo sea mejor. Cada uno debe aportar su granito de arena, en vez de estar tecleando nada más, deberían realizar actividades que promuevan a los demás, y más aún en estos tiempos de pandemia”, concluyó.