La bióloga paraguaya Andrea Weiler Gustafson es egresada de la Facen, UNA, y realizó su maestría en ciencias en New Mexico State University, Estados Unidos. En la actualidad es estudiante de doctorado de la Universidad de Salamanca, España, y se desempeña además como docente e investigadora en la UNA. Está trabajando en varios proyectos de investigación en colaboración con otras organizaciones de la sociedad civil, en temas de conflicto ganado-carnívoro, ecología y conservación de mamíferos.

Este año, la Asociación Paraguaya de Mastozoología le otorga el premio Carol & James Patton 2020 de la American Society of Mammalogists. Es un premio de reconocimiento entre pares por el esfuerzo en la labor por el estudio de ese grupo.

“Este es un premio promovido por la Asociación Mastozoológica Norteamericana y que por unas gestiones de la Asociación Paraguaya de Mastozoología da la posibilidad de premiar a personas en otros países que estén haciendo una labor importante para el estudio de los mamíferos de ese país. A raíz de eso me conceden este año este premio a mí”, empezó contando a La Nación la ganadora.

Weiler indicó que el premio prácticamente le convierte en miembro de la Asociación Mastozoológica Norteamericana, lo cual permite acceder y postular a fondos de investigación financiado por ellos, además de ofrecer descuentos en revistas científicas importantes al momento de publicar los artículos.

“Nosotros como científicos cuando queremos publicar artículos, hay revistas que para que la gente pueda leer gratis, el investigador tiene que correr con todos los costos de la publicación del artículo, lo que va hasta los 2.000 dólares o más. No es que uno paga el monto y ya se publica, se pasa por un proceso de revisión de pares. Es un premio de reconocimiento entre pares por el esfuerzo en la labor por el estudio de ese grupo”, sostuvo.

Contó que con mamíferos viene trabajando hace muchos años, más enfocada en todo lo que es la conservación de mamíferos en ambientes productivos, sean agrícolas o ganaderos. “Estoy trabajando hace varios años para tratar de disminuir el conflicto entre jaguares y productores porque el jaguar come ganado y los productores terminan matando los jaguares. Estamos buscando alternativas de manejo a través de la hacienda y técnicas antidepredatorias. También trabajo estudiando cómo los mamíferos usan los ambientes productivos, también aves o insectos, cómo se mueven y tratan de dar recomendaciones en el sentido del buen manejo para tratar de producir y conservar”, expresó.

Agregó que colabora también con muchas otras investigaciones que refieren a mamíferos; además, ya trabajó con murciélagos, ratones, etc.

La bióloga mencionó que en varios puntos del país trabaja con diferentes proyectos. “Prácticamente en todo el país estoy trabajando, tanto en áreas productivas como en áreas conservadas. Por ejemplo, en la reserva del Mbaracayú estoy haciendo un monitoreo de jaguares y sus presas naturales junto con la Fundación Moisés Bertoni que son los que manejan la reserva y WWF que pone la financiación para eso. También estoy trabajando en el Sur, en Misiones, Itapúa, midiendo biodiversidad y muestreando con un equipo de la Facen en campos que producen arroz y eso está financiado por el Conacyt”, remarcó.

Manifestó además que abarcando casi todo el Chaco, tiene trabajos de proyectos de conflictos con productores y monitoreo de biodiversidad en ambientes productivos. “Este año estamos también iniciando un proyecto que busca evaluar el estado genético de las poblaciones de jaguares en el Chaco, también financiado por Conacyt, el cual está en marcha”, afirmó.

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“No se podría no estar a favor si uno es racional”, inició diciendo y explicó que hace 55 años la carrera de biología viene trabajando en el país y como todos los profesionales, se desempeñan en distintas áreas del conocimiento. “En el país, hace un par de décadas, cada profesión fue sacando una ley y esta establece campos de actuaciones exclusivos para esos profesionales. Hoy en día, si no tenés una ley, cada vez se hace más difícil ejercer y nosotros lo que buscábamos es la ley del biólogo”, aseguró.

Dijo que el problema es que la biología es la madre de las ciencias y es la primera asignatura que da cualquier carrera científica que vaya hacia el área de la vida como medicina, bioquímica, agronomía, veterinaria, ingeniería ambiental.

“Nosotros, como carrera, al estudiar solamente biología nos vamos especializando en algo. Yo por ejemplo soy especialista básicamente en animales y trabajo más en el campo, pero hay otras personas que se especializan en genética y hacen genética humana, otras hacen microbiología, se especializan en parasitología y estudian los parásitos que afectan al ser humano y eso no nos convierte en médicos. Yo, por hacer recomendaciones a los ganaderos, no soy ingeniera agrónoma ni veterinaria, y también les hago recomendaciones de manejo de su ganado, pero desde el punto de vista biológico”, aclaró.

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Alegó que por el miedo o la descomprensión de la carrera es que se generaron malas interpretaciones. “Realmente somos pocos y siempre estamos muy metidos o en el laboratorio o en el monte, tampoco somos seres muy sociables los biólogos y por eso la gente no conoce bien la carrera. Empezaron las malas interpretaciones, malos mensajes y esas cosas son muy difíciles de rebatir cuando una discusión se profundiza demasiado, después se polariza y ahí ya la definición termina siendo política”, apuntó.

Habló acerca de lo que pasó con la ley al entrar a Cámara de Diputados. “Básicamente, la moción del partido colorado fue ‘votemos por las modificaciones que proponen los bioquímicos, agrónomos, veterinarios porque ellos representan 45.000 votantes y los biólogos no son ni 400’. Ese fue el alegato que finalmente imperó y es una cuestión lamentable, pero esto tiene su proceso y nosotros no nos vamos a dar por vencidos porque sabemos lo que somos capaces de hacer como biólogos”, remarcó.