El nivel del río Paraguay sigue descendiendo y se acerca a su piso histórico, que es de -40 centímetros en Asunción. El día de hoy, miércoles 7 de octubre, la marca es de -34 centímetros, dos menos que ayer. Lo preocupante es que el descenso sostenido continuará por varias semanas e incluso meses, según los pronósticos.
Una imagen de la boca de la bahía de Asunción es la muestra más elocuente del alarmante descenso de las aguas. Entre la punta del banco San Miguel y las obras de las oficinas públicas a continuación del muelle del Puerto de Asunción, no habría más de 60 metros, cuando normalmente la extensión de ese lugar ronda entre los 180 a 250 metros.
Alejandro Max Pastén, gerente de Pronósticos Hidrológicos de la Dirección de Meteorología e Hidrología (DHM), explicó que la navegabilidad del río Paraguay hace tiempo está en una situación complicada, siendo más comprometida aún la bahía de Asunción por la falta de aporte hídrico de sus varios afluentes, los arroyos que desembocan en ella, teniendo en cuenta que esta sequía ha reducido el caudal de todos los cursos hídricos.
“Las proyecciones climáticas se ven afectadas por el fenómeno de La Niña, que es un periodo en el que existen menores volúmenes de lluvia en época normal. Por ejemplo, este mes de octubre es un periodo normal de lluvias y las que aparezcan estarán muy por debajo del nivel habitual. Esto hará que la situación crítica de sequía se mantenga aún por cierto tiempo”, agregó Pastén.
La Niña
“El fenómeno de La Niña tiene una frecuencia de dos a cinco años, y la duración tampoco es algo regular, puede durar como dos meses o todo un año. Existen muchos factores que pueden estar confabulados para que esta situación se pueda prolongar”, continuó explicando el funcionario de la DMH.
A su criterio, puede darse el caso de que este fenómeno se extienda hasta inicios del próximo año, para luego retornar a la normalidad climática. Tanto La Niña como El Niño son fenómenos que se generan en el Océano Pacífico ecuatorial y sus efectos se sienten a nivel global.
“La Niña y El Niño son respuestas al enfriamiento y al calentamiento de las aguas de este océano, por lo que en nuestra región, centro y sur de Sudamérica son asociados a temporadas de sequías y lluvias respectivamente, pero con un efecto inverso en zonas como el nordeste brasileño. Estos fenómenos cambian los patrones de lluvias y temperaturas”, finalizó Pastén.
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