Por Viviana Orrego
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Nadia Mercado tiene 30 años y es oriunda de Isla Sacá, departamento de Caazapá. Es Máster en Ciencias Sociales, con especialidad en desarrollo agrícola sostenible para la seguridad alimentaria y el desarrollo por la Universidad Paris-Saclay, en Francia; y también licenciada en nutrición por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Logró el sueño de formarse en el exterior, pese a los escasos recursos de su familia para afrontar la carrera fuera del país; tras aplicar para la beca de postgrado que ofrece el Programa de Becas “Don Carlos Antonio López” (BECAL).
La destacada compatriota relata que desde la etapa de la secundaria soñaba con estudiar en el extranjero y era consciente de que su familia no tendría los recursos suficientes para costear sus estudios fuera del país, pero eso no la detuvo. Ingresó a la UNA para la carrera de nutrición, y aplicó a las becas de grado que ofrece la Itaipú Binacional, por sus buenos promedios académicos.
“Soñaba con estudiar en el extranjero. Sin embargo, sabía que ni yo ni mi familia tendríamos los recursos para hacerlo por cuenta propia. De hecho, la carrera de grado culminé mediante las becas de Iraipú y un trabajo de medio tiempo que conseguí al finalizar una pasantía de grado en un hotel, en el sector de marketing y ventas”, comentó Mercado.
Motivada por aprender, empezó a trabajar en ONGs como voluntaria y participando activamente en espacios juveniles. La idea de estudiar en el extranjero seguía siempre latente en ella, por lo que emprendió una búsqueda exhaustiva de oportunidades que la llevarán a realizar su sueño, formarse fuera del país. Indagar le llevó casi 2 años, ya que en ese tiempo todavía no existía un programa nacional de becas y las oportunidades eran escasas y más competitivas.
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Dos opciones, tras rechazo inicial
En el 2015, se abrió la primera convocatoria de BECAL, a la cual logró aplicar pero, tristemente, la rechazaron porque la universidad que la aceptó no estaba posicionada en el ranking mundial de universidades que exigía el Programa de Postgrado. Al año siguiente, el 2016, volvió a postular a una convocatoria exclusivamente para estudiar en Francia y felizmente quedó seleccionada.
Al postularse a varias convocatorias, también fue seleccionada para las becas de la Organización de Estados Americanos (OEA) para estudiar en Curitiba, Brasil. “Fue difícil decidir ya que ambas opciones eran muy buenas. Finalmente, decidí embarcarme en la aventura por el viejo y frio continente europeo”, refirió.
Respecto a su formación en el exterior explicó que su carrera de grado fue la llave para explorar el mundo de la nutrición y le llevó a conocer las relaciones que tiene con otras disciplinas de forma transversal, más allá de la clínica y de la dietoterapia.
“La carrera de la UNA ofrece un programa integral, donde pude aprender sobre seguridad y soberanía alimentaria, esto motivó mi curiosidad y el deseo de aprender más sobre las diversas ciencias que están conectadas que la alimentación y nutrición y como esta interrelación impactan en los seres humanos y la población. Así fue que decidí realizar una maestría en ciencias sociales, con un enfoque multidisciplinario donde el centro del programa académico es la alimentación y la agricultura”, explicó.
Mediante su elección hacía las ciencias sociales, tuvo la oportunidad de ampliar sus conocimientos en la genética, sociología, antropología, economía política, ecología, agronomía, políticas alimentarias, agroecología entre otras materias, todas enfocadas a este único tema central.
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Políticas públicas alimentarias
Respecto a su línea de investigación, señaló que son de su interés las políticas públicas y el sistema alimentario y como estas a su vez impactan el medio ambiente y en la población.
La formación de postgrado en Francia le permitió ampliar sus perspectivas a través de conocimientos multidisciplinarios en torno a la agricultura y la alimentación, sobre todo en lo que refiere a los desafíos en los países del sur. “Si miramos el contexto actual de doble crisis: climática y sanitaria (debido al COVID-19), es difícil abordar este tema solamente desde una disciplina o un solo sector, cada vez más necesitamos una visión integral y de cooperación entre distintos sectores”, explicó.
Considera que el lugar que todo profesional aspira es aquel donde pueda aportar activamente sus conocimientos y experiencias capitalizadas tanto en lo académico como profesional. Asegura que en Paraguay es necesario hablar sobre políticas agroalimentarias y programas alimentarios con enfoque integral, respondió al ser consultada sobre sus aspiraciones laborales.
“El sector agrícola, principal sector de la economía paraguaya, todavía necesita una transformación de enfoques de los programas dirigidos a los agricultores productores de alimentos en el país. Mientras que en los países desarrollados se plantean actualmente como transitar del modelo industrial convencional a un modelo de una agricultura de pequeña escala y agroecológica, aquí todavía la problemática rural se centra en la falta de acceso a la tierra y agua, basado en un modelo agrícola de paquetes tecnológicos que contaminan sin ningún control y beneficia a las únicamente a las empresas multinacionales”, lamentó.
Agregó que las políticas de transición que se plantean hoy en la Unión Europea en torno a la alimentación se deben a una necesidad urgente de enfrentar el cambio climático y a que la ciudadanía está exigiendo políticas responsables que atiendan el medio ambiente.
“En Paraguay estamos en un momento clave para el desarrollo, porque se habla de la industrialización de la economía, pero antes de abrir las puertas a cualquier industria extranjera bajo este pretexto, debemos mirar qué tipo de agricultura necesitamos en nuestro país, los beneficios y consecuencias de esta, no existe una fórmula para todos por supuesto, y somos nosotros quienes tenemos que construir y exigir en este proceso”, señaló.
Oportunidad de formación en el exterior
“Es una experiencia única”, afirmó Mercado al ser consultada sobre cómo califica la oportunidad. Agrega que no sólo es una buena experiencia en ámbito académico sino también por la posibilidad de netwoking con profesores y colegas de todo el mundo. Lo que más resalta son los vínculos profesionales y de amistad que pudo realizar, además de la posibilidad de aprender un nuevo idioma, el francés. “En mi clase, había estudiantes de diversos países de casi todos los continentes. Esto, aportó un ecosistema muy enriquecedor que me permitió aprender de la experiencia del otro desde su realidad y contexto muy lejanos y distintos al mío”, resaltó.
Desde junio 2020, en conjunto con un equipo Mercado asumió la presidencia de la Asociación de exbecarios Carlos Antonio López (ASOBECAL). La asociación es un espacio de participación para los exbecarios del programa, desde donde pueden estar conectados y generar impacto en los diversos sectores del país. “El camino del desarrollo es un proceso lento, difícil y el contexto actual no es el más optimista, creo que hoy más que nunca es vital trabajar en redes, apoyarnos entre nosotros para generar cambios culturales y de fondo que nuestro país tanto necesita”, finalizó.