Silvia Bracho es una mujer que llegó al lugar donde actualmente se encuentra a base de esfuerzo y capacitaciones para superarse como persona y profesional. Con objetivos claros impulsados por su familia, sus pensamientos y sueños, fue superando etapas hasta llegar a ser la gerente de Negocios y Marketing de Visión Banco.
Considera que los errores propios y de terceros son escuelas para llegar a alcanzar y superar los desafíos personales y profesionales. Como profesional se describe como muy comprometida con su trabajo, es autocrítica, dedicada y por sobre todo, confiable en su labor.
Silvia Bracho habló con La Nación y reveló varios aspectos de su vida particular y profesional, su familia, sobre su primer empleo, así como el concepto que tiene del éxito y cómo llegar a él.
Su vida
Nació en Asunción un 7 de octubre de 1977, sus años de infancia los vivió gran parte en la ciudad de Itauguá, pero a sus 12 años volvió y ya de forma permanente a su ciudad natal. Su padre médico y su madre odontóloga, sus abuelos paternos médicos ambos, su abuela materna costurera, todos ellos grandes protagonistas de su vida.
Es la segunda de cuatro hermanos. Casada hace 23 años y madre de dos hijas. Cursó la carrera de licenciatura en marketing y publicidad. Cuenta con diplomados internacionales en innovación, banca digital, experiencia al cliente y neuromarketing. Cursos de especializaciones en diferentes temas a nivel local e internacional. Y actualmente gerente en la mencionada entidad bancaria, familia a la que pertenece hace casi 9 años. Ingresó como gerente de Banca Personal, luego asumió la gerencia de Marketing para luego ocupar el cargo actual en la plana ejecutiva.
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Empezó a trabajar a los 15 años
Su vida profesional la inició muy joven. Su primer trabajo fue a los 15 años durante sus vacaciones escolares, en una empresa farmacéutica que le brindó la oportunidad de abrirse al mundo laboral, aunque sea temporal. Al terminar el colegio a los 18 años, pudo ingresar a la consultora Ernst & Young, meses después pasó a formar parte de su primera experiencia en el rubro financiero de la mano de Financiera Rural.
Desde ese entonces y hace 24 años se desempeña en forma ininterrumpida en el ámbito financiero, pasando por diferentes puestos que le han permitido aprender y crecer día a día. Su primer cargo fue en atención al cliente, luego se especializó en tarjetas de crédito, en productos, para luego complementar con las demás líneas de negocios de este rubro y, sobre todo, especializarse en el cliente como corazón de la empresa.
“Ser cada día mejor que ayer”
Nuestra mujer destacada de la semana manifiesta que para ella su desafío a nivel personal y profesional es ser cada día mejor que ayer. Aprender de los propios errores y por qué no, también de los ajenos para crecer.
Afirmó ser una profesional comprometida, que busca ser autocrítica, optimista, transparente, dedicada y confiable en su gestión profesional.
Visión sobre el éxito
Silvia explicó que para lograr el éxito se debe trabajar en diferentes pilares: en la disciplina y la responsabilidad, en objetivos claros, interés por seguir creciendo y aprendiendo, en generar y tener confianza, en el liderazgo y una buena comunicación.
Todas las empresas a la cual ha pertenecido fueron parte importante de su formación y trayectoria laboral, pero algunas no han sido fáciles en muchos momentos. Comentó que lidiar con diferentes tipos de liderazgos, estructuras en donde no siempre ha primado la capacidad profesional para ciertas decisiones, son momentos desafiantes y decisivos que uno debe saber sobrellevar o enfrentar y por sobre todo, salir adelante.
¿En qué influyó ser mujer?
Sin dudar, explicó que influyó en mayores desafíos e intensas satisfacciones. La anécdota de su vida: fue alumna del Colegio Salesianito, colegio tradicional de hombres. Fue la tercera promoción habilitada para mujeres. Pese a estas condiciones, decidió postularse como candidata a presidir el Centro de Estudiantes y lo logró. Luego de una dura campaña electoral, en 1995 se convirtió en la primera mujer presidenta del Centro de Estudiantes de un colegio salesiano.
Su vida fuera del trabajo
Es mamá por sobre todas las cosas, hija, nieta, hermana y tía. Su familia es lo más importante en la vida. Comparte con sus hijas sus actividades, sus sueños y sus tropiezos para alentarlas a seguir. Le encanta viajar, le fascina la música en los ratos libres, ya que lo considera como una terapia para el alma, así como el deporte. Valora la salud, la familia, el trabajo digno y el amanecer de cada día, que no es poco.
“No basta con esforzarse mucho”
Afirma que no hay mucho secreto para lograr los sueños, se consigue mediante el trabajo y el esfuerzo, y siempre es importante ayudar a otros a que lo cumplan también si está al alcance de hacerlo.
“No basta con esforzarse mucho. Si te caes, no pierdas tiempo, hay que sacudirse las rodillas y continuar, sin perder de vista los valores como seres humanos. ¡Sé feliz, es un objetivo de vida!”, manifestó la ejecutiva.