Más conocido como “el señor de las sábanas” en Twitter, don Víctor es un paciente oncológico de 55 años y en octubre pasado fue diagnosticado con cáncer óseo medular, según comentó. El mismo confecciona juegos de sábanas, cortinas y manteles bordados, cubrecamas con fundas bordadas, edredones, ropas deportivas y otras variedades de piezas.
“Mi vida es sencilla, mi señora me dejó el año pasado cuando me detectaron lo que yo tenía, que es medular. Le dejé todo a mi hijo y yo me quedé en cero, sin nada, entonces busqué un empleo, empecé a trabajar en una casa de familia donde estoy viviendo ahora”, comenzó contando a La Nación.
Gracias a la idea de una amiga, Víctor empezó a preparar torta y budín los fines de semana para vender en el shopping y en la zona donde vive, pero llegó la pandemia. “Estudié en el SNPP un mes y medio, aprendí de todo porque me gustó y me compré la máquina. Aprendí todo para costurear sábanas y después por YouTube entré en todo lo que es manualidades, costura, remeras, buzos, calzas, hasta corpiño y bóxer. Lo dulce vendía en escuelas, colegios, facultad, todo alrededor de donde vivo. Tan bien me iba, hasta que llegó la pandemia”, expresó.
El emprendedor independiente trabaja como jardinero en una casa de familia y dijo que está por la séptima etapa de su tratamiento, que ya está finalizando, pero que debe continuar pagando sus medicamentos. “Me faltan 3 más y ya termino”, indicó. A pesar de los obstáculos, Víctor se muestra firme, positivo, convencido de que conseguirá salir adelante con la ayuda de las personas que le encomienden algún pedido, por lo que solicita que la gente visite su perfil en Twitter (@el_sabanas) para conocer más acerca de su trabajo y el número al que pueden contactar.
“Una vez, una vecina del barrio me pidió que le haga sábana y publicó. Después, otra chica contactó conmigo y levantó en sus redes mi trabajo y me empezó a mensajear gente que yo no entendía por qué hasta que después una persona me contó cómo fue todo”, recordó.
Víctor, el “señor de las sábanas” en Twitter, lo que pide es que la gente que pueda le haga un pedido pequeño porque quiere trabajar y costearse su tratamiento. Aseguró que los bordados él mismo los realiza en 5 días con mucho cariño y tesón. Él aguarda los pedidos para poder seguir sumando y alcanzar su meta de finalizar su tratamiento.