Las ollas populares en los barrios humildes durante la pandemia del COVID-19 fueron la mejor medida de contingencia que cualquier otra estrategia de Gobierno pudo desarrollar. Se trata de una acción colaborativa y comunitaria que surge de la necesidad de las poblaciones carenciadas como respuesta a la falta de trabajo y medios para conseguir alimentos.

Este fenómeno llamado ollas populares fue analizado durante el programa “Las Residentas” emitido por canal GEN, donde hablaron con diferentes madres jefas de hogar coordinadoras de estas obras sociales que surgen por iniciativa de ellas mismas.

Ante la necesidad, surgió la colaboración de los propios vecinos de los distintos barrios como los bañados, de Tablada y otros, que comenzaron a organizarse y a cocinar para todos aquellos que no podían comprar comida, porque a raíz de la pandemia muchas personas quedaron sin trabajo. Este mismo formato de trabajo comunitario se replicó en muchos barrios de todo el país. Hoy llegamos a instancias donde se tuvo que sacar una ley para apoyar esta noble causa, que ya fue sancionada por el Congreso y necesita de la promulgación del Ejecutivo para ampliar su alcance a más de 80 mil personas.

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Entrega de la donación del programa "A Punto" del canal GEN para una olla popular en la comunidad de Cateura. Foto: Nadia Monges.

Una madre para 180 personas

“Yo me levanto a las 4 de la mañana para preparar mi cocido. Un total de 49 familias desayunan acá, unas 180 personas más o menos, aunque eso a veces varía. Yo hago esto todos los días, desde que empezó la pandemia”, indicó Gloria, una de las madres jefas de hogar que se dedica a preparar desayunos comunitarios para sus vecinos, para paliar de alguna forma la crisis económica que golpea fuerte a las familias pobres de Asunción.

Sobre la gestión de conseguir insumos como yerba, azúcar, leche, pan, entre otras provisiones para preparar el rico cocido con leche que comparte Gloria con sus vecinos, especialmente con los más pequeños, asegura que lo hace mediante el apoyo de la periodista Bibi Landó, quien a su vez actúa como nexo entre personas de buen corazón de su entorno para hacer llegar a estas familias un poco de alimento, explicó la mujer mientras una larga fila de madres, padres y niños aguardan la entrega del cocido.

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Más que cualquier estrategia del Gobierno, los comedores comunitarios se organizaron para asistir a numerosas familias afectadas por la pandemia. Foto: Nadia Monges.

Landó resaltó la labor de esta mujer quien se ofreció a preparar el cocido con leche para su comunidad pese a que ella trabaja, tiene familia y actividades propias de una madre. Valoró que se levante a las 4:00 para preparar el desayuno antes de ir a su trabajo.

Por otra parte, Cira Novara, coordinadora de ollas populares del Bañado Sur, también habló con Las Residentas sobre su labor de garantizar el almuerzo a sus vecinos. “En marzo cuando se declaró el estado de emergencia sanitaria las mujeres de mi comunidad –porque hay que destacar que todas las ollas están siendo llevadas adelante por mujeres– deciden ellas crear una olla popular”, refirió Novara.

Agregó que se conforma un equipo denominado “Ollas Populares Solidarias” y a partir de esa primera olla popular que dio almuerzo a 15 familias inició esta loable actividad en el Bañado Sur y actualmente ya son cinco las ollas que dan alimento a la población ribereña.

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