El doctor Ulises Arrúa, médico intensivista, radicado en Brasil desde hace 14 años conversó con la 650AM luego de la entrevista realizada en GEN, donde afirmó que en Paraguay se estaban cometiendo los mismos errores que en Europa, donde el COVID-19 dejó decenas de miles de fallecidos y millones de contagiados y refutó a sus colegas paraguayos que lo criticaron por recomendar tratamientos que no estaban totalmente comprobados científicamente hasta el momento.

El profesional de nacionalidad paraguaya forma parte del plantel de especialistas de los hospitales Getulio Vargas y Rolando Gazolla, el centro asistencial de referencia para el COVID-19 en la ciudad de Río de Janeiro.

Ante las criticas recibidas por algunos de sus colegas paraguayos, el doctor Arrúa dijo respetar a todas las sociedades científicas y la manera en que desarrollan la medicina, pero aclaró que “la medicina que manda en el mundo es aquella basada en evidencias, pero haciendo la salvedad de que iniciar y concluir un estudio clínico sobre el COVID-19 puede demorar hasta tres años. ¿Se imaginan cuántos pacientes vamos a perder en ese lapso?”.

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Los medicamentos a los que se refirió como posibles tratamientos han sido aprobados por la FDA ( Administración de Medicamentos y Alimentos o Administración de Alimentos y Medicamentos, por sus siglas en inglés), por ejemplo, la ivermectina desde hace 40 años y la hidroxicloroquina, 90 años para otro uso, pero no son tóxicos. Estos dos medicamentos se utilizan para el COVID-19 con la misma dosis que para las afecciones en las que fueron probadas.

“No tiene cómo hacerte mal, pues el hígado no va saber si se está tomando ivermectina para COVID-19 o para una parasitosis, por eso no tiene sentido lo que dicen los colegas. Ahora, yo les hago una pregunta a esos colegas que me critican, ¿acaso ya estuvieron tratando pacientes, ya sea de manera ambulatoria o en terapia intensiva durante una pandemia?, tienen ¿acaso seis meses en el frente de batalla como yo, en una ciudad grande con siete millones de habitantes?

Algo molesto, el doctor Arrúa dijo que él no se encontraba en una clínica periférica, sino en dos hospitales grandes de Brasil, uno de ellos el de mayor referencia en la lucha contra el COVID-19, donde perdieron a muchos pacientes, pero no por falta de materiales, ni por fallas ni por falta de camas de terapia o respiradores, sino por fallas estratégicas.

En nuestro país, la línea 154, para atención ante síntomas respiratorios o sospechas de COVID-19, recibe 2.300 llamadas diarias y realizarse el test demora 10 días. Foto: Archivo.

Respecto a la situación de la pandemia en Brasil, Arrúa culpó al Ministro de Salud, quien prefirió aislar a los pacientes sin ver el tratamiento que se debería aplicar en los casos positivos.

Insistió en que para tratar a los pacientes con coronavirus, se deben utilizar medicamentos que por estar aprobados y en uso desde hace 40 y 90 años, no van a hacer daño a nadie. “Les pregunto a los colegas que me están criticando, ¿acaso tienen una opción mejor o hablan solo por creerse profetas?”, subrayó.

El doctor no dudó en afirmar que si fuera por él, recetaría estos tratamientos a los pacientes que están afectados por la enfermedad en Paraguay y con respecto al tratamiento de los otros síntomas que se presentan antes de los problemas respiratorios, como la fiebre o dolores corporales, el intensivista dijo que si no eran tratados esos síntomas, el virus indefectiblemente iba a avanzar hacia una situación más complicada.

Finalmente, comentó la experiencia de una colega suya en Brasil, quien trató a más de mil pacientes con hidroxicloroquina más la ivermectina y solo uno de ellos falleció. Reafirmó que no existe tiempo para realizar un estudio científico acabado y completo.

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