Hoy se conmemora oficialmente el día del idioma guaraní como un homenaje a los convencionales constituyentes de 1967, porque la Constitución Nacional aprobada por aquella máxima instancia política paraguaya, por primera vez la lengua guaraní fue declarada nacional junto con el castellano, acordando en su Art. 5° dicha nacionalización y dedicando en otro artículo (el Nº 92) claras disposiciones para la protección, difusión y enseñanza del idioma guaraní en el país.
Es un error que puede conducir a lamentables desaciertos el creer que el Paraguay tiene soberanía sobre el idioma guaraní o que España es dueño del castellano, sostuvo el profesor magíster Lino Trinidad. El castellano es de cualquier ser humano que lo habla y no es de ningún país. Eso mismo ocurre con el guaraní como idioma. No puede el Paraguay ni cualquier otro país apropiarse de él por el hecho de contar con personas que lo usan como medio de comunicación, explica.
“Yo personalmente me considero dueño del guaraní porque lo hablo, lo amo, lo defiendo, enseño, escribo libros en guaraní, realizo trabajos de investigación sobre el guaraní, pero eso es diferente porque comparto esa propiedad con todos los que lo hablan. Me siento satisfecho y muy feliz al saber que cada vez haya más personas en mi país, en la Argentina, en el Brasil, en Bolivia, que hablen guaraní y tomo con beneplácito que representantes de Brasil o Bolivia apoyen la oficialización del guaraní en el Mercosur o algunos legisladores argentinos se dispongan a plantear a la Unesco que el Guaraní como lengua sea declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad”, comenta.
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Todo esto significa que el idioma guaraní va expandiéndose; cada vez está recibiendo mayor afecto de más personas, explica el profesional. “¿Cómo le vamos a negar a un boliviano que se ponga contento porque el guaraní va ser lengua oficial del Mercosur junto con el portugués y el castellano? ¿Por qué no podemos compartir la alegría de un venezolano del Estado de Amazonas (desde Piedra de Cucuy hasta Puerto Ayacucho), porque su ‘ñe’ẽngatu’ (así le llaman allá) también fue declarado idioma oficial alternativo en la Provincia de Corrientes en setiembre del 2004 o porque el guaraní fue declarado en el Paraguay, en junio de 1992, idioma oficial junto con el castellano en todo el país, nada menos que por una Convención Nacional Constituyente?”, sostiene.
Es cierto, en el Paraguay hay un acentuado protagonismo en el trabajo de difusión y revalorización del guaraní y ese protagonismo es reconocido por varias personas fuera del país, pero eso no le da al Paraguay ninguna soberanía sobre el guaraní, añade. Comenta que pueden existir diferencias fonéticas, morfológicas o sintácticas entre el guaraní que se habla en el Paraguay y el que se habla en Corrientes o en Santa Cruz de Bolivia. “Puede que esas diferencias existan entre el guaraní hablado por los argentinos de Oberá (Misiones) y el hablado por los venezolanos de Puerto Ayacucho, pero ninguno puede pontificar sobre la forma correcta de usar la lengua”, explica.
Asimismo, indica que lo que se puede hacer, en todo caso, es intercambiar ideas, enriquecer vocabularios, uniformar criterios a través de academias de la lengua que pueden ser locales, regionales y hasta continentales para procurar un mayor consenso en pos de una estandarización del idioma guaraní. “Un idioma es un hecho cultural y la cultura no tiene fronteras; no se enmarca en un límite territorial. Por eso, una lengua es de quien la habla”, manifiesta.
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