Siguen en aumento las muertes por COVID-19 en el país. A la fecha, Paraguay registra 205 víctimas fatales. Desde Alto Paraná, José López, médico tratante de casos de coronavirus, lamentó cada fallecido dentro de su departamento. “Cada vida perdida es una derrota, cuesta encarar a la muerte”, dijo.
“La vida en el hospital con esta pandemia es más difícil”, manifestó para el portal del Ministerio de Salud. Afirmó que es muy complicado utilizar el Equipo de Protección Individual (EPI) durante todo el turno. “Utilizamos 12 horas, no es muy cómodo, no tiene que ver con la calidad, sino por el calor que genera”.
Agregó que una vez que se colocan para evaluar al paciente, es una cuenta regresiva con las necesidades fisiológicas como tomar agua, comer e ir al baño. “Por eso lo recomendable es no tomar agua ni consumir nada al menos una hora antes de entrar a evaluar a los pacientes”, aseguró.
En otro momento, habló sobre los estrictos controles para la entrada y salida en el Hospital Integrado Respiratorio Alto Paraná. “Una vez dentro del hospital ya no podemos salir, a no ser que nos bajemos y cambiemos la ropa; de hecho, tenemos que llevar 3 conjuntos de ropa, el que llevamos puesto, otro para trabajar y otro más para salir del hospital”, señaló.
Paraguay no es distinto a los demás países
El profesional afirmó que la pandemia en Paraguay no es distinta de los demás países afectados, aseguró que en nuestro país la pandemia no fue tan fea como en otros países. “Pienso que cada vida perdida es una derrota, duele, cuesta encarar a la muerte y en muchos de los casos aceptar que no podemos hacer nada más por nuestros pacientes”, lamentó.
Refirió que a los médicos les gustaría tener la indicación médica exacta para poder ayudar a las personas, pero que lastimosamente no existe. “Nos gustaría tener el medicamento milagroso, pero lastimosamente no existe. No podemos subestimar esta pandemia, no podemos decir que solo a un grupo etario le afecta más y a otro no”.
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Desnudó la salud pública a nivel mundial
“La pandemia no solo desnudó la situación de la salud pública mundial. Además, demostró que una buena parte de la población mundial y lógicamente paraguaya estaba con algún grado de afectación orgánica; qué quiero decir con eso, que de alguna forma el ser humano con el desarrollo ha generado nuevas formas de enfermarse, de dañar o alterar el perfecto funcionamiento de su organismo”, manifestó López.
Aseguró que el virus afecta de manera más letal a aquellas personas que tienen alguna enfermedad de base. “Lo que significa que el 90% de las muertes son de personas que ya tenían algún grado de complicación de enfermedad de daño orgánico, y la responsabilidad de la salud individual”, indicó.
Instó a la población paraguaya a que se cuiden en cuanto a salud individual. “De cada uno depende la elección de comer tortilla o una manzana, asado o una sopa de verduras, dedicarnos a la actividad física, de no fumar, no exagerar con las bebidas alcohólicas, con las comidas rápidas y muchos otros productos. Resumiendo, creo que esta pandemia también desnudó el descuido y desinterés de la humanidad por salud”, concluyó.