“Acá el número que tenemos que cuidar es la mortalidad, el número de muertos que tenemos, porque eso es algo que no podemos ocultar y eso es algo que en la calle vamos a ver”, dijo Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud, en una extensa entrevista de este sábado al canal 9 SNT, donde fue explicando el fundamento de sus expresiones que pueden sonar como alarmistas para muchos.
“Entonces, el número de muertos que tenemos para nuestra población. Nosotros no vamos a tener 100 mil muertos. Brasil puede tener 100 mil muertos. Pero nosotros tenemos que ver cuántos muertos son ‘aceptables’ (con gesto de comillas) para la población de 7 millones en Paraguay. Ese es el número que tenemos que cuidar”, recalcó Sequera.
“Porque el número de contagio va a ser vertiginoso, va a acelerarse una semana, puede estabilizarse, y lo anterior ya no nos interesa más. Los casos de marzo y abril ya no nos interesan más, nos interesan los contagios que ocurren ahora”, explicó el doctor, luego que este viernes último se disparara el récord de contagios por encima de 700 casos en un día.
“Pero sí nos interesan las muertes que ocurrieron de marzo hasta ahora. Ese acumulado de muertes sí va a marcar realmente el daño y el golpe que está generando la epidemia en Paraguay. Porque vos podés testar a muchos, y les testeás a todos, y les curás a todos, y estás llegando a tiempo”, señaló, indicando que cree que el éxito con esta epidemia es la mínima cantidad posible de muertes. “Que se nos muera muchísima gente, eso sí es peligroso”.
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Regla de tres simple
Según Sequera, hay montón de modelos matemáticos que establecen distintos escenarios como, por ejemplo, que puede haber 500 muertes en un tiempo determinado. Sin embargo, opina que la realidad es la que van escribiendo los números y los modelos se van ajustando. Pero dentro de ello también considera que hay una regla de tres simple, que es el indicar de fallecidos de COVID-19 en relación con la cantidad de habitantes y la comparación para lo que sería ese mismo impacto en Paraguay.
Citó los datos de Estados Unidos, con una población de 331 millones de habitantes, tiene 179 mil muertes por coronavirus; Brasil tiene 212 millones de habitantes y 113 mil fallecidos; Bolivia tiene 11 millones de habitantes y unos 4.300 fallecidos; Chile tiene 19 millones de habitantes y 10.800 víctimas.
Según el profesional, esos datos trasladados a Paraguay equivalen a 3 mil muertes. “Si no hacemos nada, se nos van a morir 3 mil personas. Ese es el indicador que tenemos que cuidar”, reiteró.
En otro pasaje, refirió al caso de Foz de Yguazú en la frontera con Ciudad del Este, que con 255 mil habitantes tiene 115 mil casos y casi 3 mil muertes, más que las cifras de todo Paraguay, pero que al traducir esos datos a los números nacionales, también dan un preocupante promedio. Mencionó que Foz se fue controlando con una cuarentena total que frenó el impacto y que imitaron muchas medidas de Paraguay que les está funcionando.
Promedio de letalidad
Luego Sequera habló de las tasas de fallecidos con estos números: Paraguay tiene 2,2 muertos por cada 100 mil habitantes; en Asunción son 4 fallecidos por 100 mil habitantes; en Ciudad del Este son 24 fallecidos por 100 mil habitantes. Mientras que en el mapa mundial: Brasil tiene 60 fallecidos por 100 mil habitantes; España tiene 60 fallecidos por 100 mil habitantes; EEUU tiene 54 fallecidos por 100 mil habitantes; Chile tiene 50 fallecidos por 100 mil habitantes; Bolivia tiene 45 fallecidos por 100 mil habitantes. También dijo que Perú tiene el promedio de más muertos del planeta, son 27 mil fallecidos para una población de 33 millones de habitantes.
En ese sentido, al iniciar la entrevista comentó que el 85% de los casos actuales se registra en Central y Alto Paraná, mitad y mitad. “Que ocurra en Alto Paraná es mucho porque su población no llega a un millón de habitantes”, resaltó. Mientras que Asunción y Central, con casi 3 millones de personas, concentran una mayor densidad poblacional en el país.
Por ello es preocupante que Ciudad del Este reporte la mayor tasa y mortalidad; le sigue Asunción, con una cantidad tres veces menor, después Central, y a continuación otros departamentos, cerca de diez veces menos. Pese a ello, Sequera dijo: “Hay algunos rasgos de que se ralentizó un poco el ritmo de contagio, eso me animo a decir”, y cree que las medidas de contingencia aplicadas semanas atrás influyen en desacelerar los contagios.
Cuarentena voluntaria
En otro momento, explicó lo que ocurre en Uruguay, o parecidamente en Nueva Zelanda, donde sus territorios permiten controlar mejor a la pandemia, así como entrar y salir de cuarentena. “Uruguay es una pecera en este momento”, señaló, y describió que el 90% de la población se concentra en Montevideo, mientras que en sus fronteras con Brasil existen pueblos pequeños de poco movimiento, cuando el epicentro del coronavirus en Brasil se ubica en San Pablo y en el norte del país.
“Somos conscientes de que estamos viendo solamente la punta del iceberg”, comentó respecto al aumento de casos de contagio en Paraguay, y Sequera cree que la epidemia va a aumentar, aunque desea que se estanque. En ello puede ser relevante la opción de la cuarentena voluntaria, que las personas que puedan quedar en casa, lo hagan, y que de esto se tratan las medidas próximas a anunciarse, que se implementarán desde el próximo lunes y que apuntan a reducir los encuentros sociales.
“La cuarentena total ahora mismo no es útil”, afirmó. Recordó que al comienzo de la pandemia en Paraguay, en marzo pasado, sirvió para evitar un impacto mayor, que se postergó por tres o cuatro meses, y que ahora “la tormenta está llegando”. Esa cuarentena total del comienzo sirvió para hacer muchas cosas, aunque aceptó que otras “se pudieron haber hecho mejor”.
También se refirió a la polarización en torno a la cuarentena social, acerca del debate en redes en pro y en contra de esta medida, y que él está en medio, sin favorecer ningún lado. “Quiero usar de la manera más precisa la cuarentena, utilizar medidas inteligentes, como reducir encuentros sociales”, acotó. Al respecto, señaló que los contagios en los trabajos serán inevitables, pero son controlables; lo que no sucede con encuentros sociales. Por ello, las medidas a aplicarse por dos semanas buscan frenar un 25% de contagios y que se disperse por movilidad desde las áreas más afectadas hacia el interior. “No estamos ni por si acaso en el pico”, sentenció.
Fallecidos pendientes
Consultado sobre si hay, como se da en otros países, casos de fallecidos pendientes de resolver si fueron víctimas de COVID-19, Sequera admitió que más de 15 casos están en estudio de la última semana. Relató que hay un equipo de mortalidad, como una junta médica similar a la que operaba durante la epidemia del dengue, que se encarga de analizar los resultados de laboratorios y entrevistas con médicos tratantes, porque se dan casos de pacientes con COVID-19 que fallecieron en accidentes de tránsito, pero la muerte fue por el accidente, por lo que se descartan en la lista de víctimas del coronavirus.
También contó que el Laboratorio Central se está poniendo al día con muestras de la semana pasada, y sobre el informe en que se reportaron 19 fallecidos, hubo 4 o 5 muertes de la semana anterior que recién pudieron constatarse ese día. “La gran mayoría fue de las últimos 2, 3 días”, aclaró.