Desde el momento en que se decidió trasladar a los líderes del crimen organizado al sistema penitenciario, una ola de violencia se dio en las cárceles. El Gobierno tomó un camino equivocado, sostuvo el exministro de Justicia Éver Martínez en contacto con Universo 970 AM.
“Hemos tenido declaraciones mediáticas de las autoridades del Ministerio del Interior que señalaban como un cambio en gestión, que nadie iba a estar privado de libertad en unidades policiales de élite que nos daban apoyo para tener a personas de alto perfil de esas bandas organizadas”, recordó. Es así como empezó una escalada de violencia al ser sacados de lugares donde estaban aislados, dijo.
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Con los traslados como estrategia no se ha tenido en cuenta el potencial organizativo de estas personas, “teníamos capacidad limitada para tener en ciertos establecimientos de forma controlada a líderes más importantes”, indicó. Por lo que tenerlos en unidades policiales con un control ajustado significaba una distribución equitativa de los presos considerados pesos pesados.
Entonces, agregó que “ese paso en falso fue importante, a parte de la gestión complicada de albergarlos en penitenciarías”. Por otra parte, mencionó la mediatización y la elevación de casi al estrellato de estos grupos organizados, “se dio no sé con qué fin de las autoridades en ese momento”.
A partir de ese enfoque, propuso que las tareas de inteligencia se dediquen a identificar a los líderes de organización porque actualmente todos los que caen son considerados líderes, “eso es más un efecto mediático, se tiene que identificar un verdadero liderazgo y cabezas con trabajo de inteligencia”, expresó.
Finalmente, apunta a establecer sistemas diferenciados dentro del sistema, “lo hemos implementado con medidas muy ajustadas en cuanto al sistema de visitas, compartir con los demás presos, salir al patio, es una cuestión interna para ejercer”, concluyó.
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